¿Cuántos años tiene la Reina Isabel?

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La Reina Isabel, la monarca más longeva de la historia del Reino Unido, celebra hoy su cumpleaños número 95. Nacida el 21 de abril de 1926, Isabel Alexandra Mary Windsor, conocida mundialmente como la Reina Isabel II, ha gobernado el país durante más de seis décadas. Su reinado comenzó el 6 de febrero de 1952, después de la muerte de su padre, el rey Jorge VI.

A lo largo de su vida, la Reina Isabel ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos y cambios en el mundo. Durante su reinado, ha visto pasar a 14 primeros ministros británicos, el fin del imperio colonial, la Guerra Fría, la caída del Muro de Berlín, la creación de la Unión Europea y el Brexit, entre otros hitos.

A pesar de su avanzada edad, la Reina Isabel continúa cumpliendo con sus deberes reales y representando a la monarquía británica con gran dignidad y compromiso. Su agenda está repleta de compromisos y apariciones públicas, aunque en los últimos años ha ido delegando algunas de sus responsabilidades en sus herederos, el príncipe Carlos y sus nietos mayores, los príncipes Guillermo y Harry.

La longevidad de la Reina Isabel ha impresionado al mundo entero, y muchos atribuyen su buen estado de salud y vitalidad a su disciplina y constancia. La soberana británica es conocida por su estilo de vida saludable, que incluye una alimentación equilibrada y una rutina diaria de ejercicio físico.

Aunque los rumores sobre una posible abdicación han surgido en ocasiones, la Reina Isabel ha afirmado en repetidas ocasiones que cumplirá con su deber hasta el final. A lo largo de su reinado, ha sido considerada una figura de estabilidad y continuidad, y ha ganado el respeto y el cariño de su pueblo.

Con su cumpleaños número 95, la Reina Isabel entra en el selecto grupo de los monarcas más longevos de la historia. A medida que avanza en edad, su papel como una figura central de la monarquía y la historia británica se vuelve aún más significativo. Su longevidad y dedicación a su país y a su pueblo quedarán como un legado duradero en la historia de la realeza británica.