El Sevilla consiguió arrancar un valioso empate en Moscú y así jugarse el pase a cuartos en el Sánchez Pizjúan. El 1 – 1 no reflejaba la superioridad de los de Manolo Jiménez que le salió todo perfectamente y según lo previsto, todo hasta el minuto 60 cuando Mark González armó el cañón para conseguir el empate final y sembrar las dudas y el nerviosismo hasta la conclusión del partido.
Para los aficionados rusos el duelo de octavos de final de la Champions League tenía menor importancia que el encuentro frente a Canadá en hockey sobre hielo de los Juegos Olímpicos de Invierno. Solo así se explica los 25.000 aficionados en el estadio de Luzhniki que tuvieron el honor de presenciar el once alineado por Manolo Jiménez. Dejó en el banquillo a Dragutinovic y Kanouté y dio entrada a Fazio, que reaparecía de una eterna lesión de tobillo.
El toque final lo puso el crack Jesús Navas, intentándolo una y otra vez por su banda y sobrepasando rivales que veían como surtía de balones el área central rusa hasta que conectó con un cabezazo de Negredo (1 – 0). El CSKA se encomiaba a Krasic, no tan bueno como el extremo derecho y al japonés ¿? Honda muy rápido pero ineficaz.
Cuando M. González enchufó el 1 – 1, todo fueron nervios y deseos para que el árbitro pitara el final. A cinco minutos del final, Palop paró una muy buena oportunidad del CSKA. Toca esperar al Sanchéz Pizjuán.
