Boston 3 – Lakers 1

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Alguna lágrima cayó ayer en la cancha de los Ángeles Lakers, y es que las 17000 personas que fueron al Staple Center a contemplar el cuarto partido de la final entre su equipo y los Boston Celtics se fueron con caras de no saber que había pasado, y es que todo prometía ser una fiesta en el minuto quince, cuando los de Phil Jackson tenían en el marcador una ventaja de 24 puntos a su favor, pero nadie contaba con dos jugadores de banquillo que iban a revolucionar todo.

No era el día de las estrellas de Boston, aunque después Paul Pierce acabó con veinte puntos, gracias a las nueve veces que fue a la línea de personal, fallando solo una, Allen sumó diecinueve puntos y Kevin Garnnett, a pesar de fallar muchísimo, se quedó con sus dobles figuras particular, al coger once rebotes, pero la sorpresa estuvo en los puntos que anotó Posey, ya que legó a los dieciocho puntos en tan solo venticinco minutos y House, que sorprendió a todo el mundo anotando once en un minuto menos que su compañero, y es que estos dos jugadores descolocaron la defensa que había impuesto el entrandor de los Lakers.

De nada sirvió que Lamar Odom consiguiera por fin resucitar de su letargo, y se convirtiera el máximo anotador de su equipo con diecinueve puntos y además recogiera once rebotes, tampoco importó mucho la gran defensa que hizo Pau Gasol ante Garnett, y encima aportando diecisiete puntos en ataque y recogiendo diez rebotes, y mucho menos que Bryant, en esta ocasión menos chupón, diera diez asistencias, puesto que el partido se perdió por 91-97.

Ahora queda otro partido más en el Staple Center, aunque la cosa se ha puesto muy cuesta arriba, puesto que Boston en estos momentos tiene tres posibilidades de conseguir el anillo.