No parece que la destitución de Manolo Jiménez haya arreglado las cosas en Nervión. El Sevilla saltó al Madrigal con las manos en los bolsillos y lo pagó con una derrota por 3-0, acumulando así su octavo partido sin ganar, lo que supone la peor racha desde la temporada 2002-03. El Submarino Amarillo no tuvo piedad y no la deberá tener de aquí al final de temporada si quiere apostar en Europa la campaña que viene. Los de Garrido se colocan a dos puntos de los puestos de Europa League y demuestran que con trabajo se puede levantar una temporada que empezó con un color bastante oscuro.

Antonio Álvarez, nuevo técnico del Sevilla, tiene una gran labor por delante y el domingo se dio cuenta del porqué. Era su primer partido al cargo del equipo y en el minuto 4’ Rossi ya había perforado la portería de Andrés Palop. No tardó mucho el Submarino en demostrar que este Sevilla está tocado. En concreto fue Llorente quien se aprovechó de una mala salida de Palop para hacer el segundo. Fueron muchos los goles que le pudieron caer al Sevilla durante todo el partido, pero hubo que esperar al 90’ para ver como Pirés también se unía a la fiesta amarilla.

Nuevo golpe para un Sánchez Pizjuán que se derrumba y que puede ser testigo de uno de los peores finales de temporada en la historia del Sevilla. Además, el Mallorca había perdido frente al Barcelona y era el momento de los andaluces para maquillar este último mes recuperando los puestos de Champions League.