El mundo del perfume es un inmenso mercado y, a menudo, ambiguo. El consumidor nunca sabe muy bien a qué atenerse, ya que la mayor parte de marcas reconocidas del mercado tienen su línea de perfumes. Sin embargo, muchos de ellos son fabricados por las mismas empresas que se asocian a las de moda para poner en el mercado las colonias. Es decir, un mismo creador y una misma empresa pueden estar fabricando perfumes para Gucci y Dolce & Gabbana al mismo tiempo.
Es similar a lo que sucede con las marcas blancas. Un producto muy similar, casi idéntico, al llevar nombres diferentes el precio se puede llegar a doblar. ¿Y la calidad? El consumidor de perfumes suele buscar una marca consolidada, que le de confianza. Pero como decimos, nunca sabes muy bien quién está detrás del perfume que vas a comprar.
Al final, eso sí, lo más importante es que el aroma nos resulte interesante y atractivo, pero es un hecho que el logo y el recipiente suelen decantar la balanza. El perfume comercial se mueve en un mundo de sutiles diferencias para tratar de atrapar al cliente.
Si buscas un perfume de lujo con historia, al margen de las marcas más populares de moda, una opción muy interesante es la firma británica Atkinsons. Más de dos siglos de historia certifican la enorme experiencia de esta empresa fundada en Londres por James Atkinsons para ofrecer productos cosméticos, especialmente perfumes, a la aristocracia y ‘la gente de bien’ de la elegante sociedad inglesa.
En 1826 el Rey Jorge IV eligió a Atkinsons como perfumador oficial la Casa Real Inglesa, con lo que su popularidad creció enormemente, llegando a ser también el perfume de la Zarina rusa y otras grandes personalidades europeas.
Si buscas un perfume Real, con historia, no te olvides de Atkinsons.