Su despedida ayer en el Real Madrid-Pamesa (la providencia podía haber elegido otro) fue duramente emotiva, en una mezcla de rabia, impotencia y bienhacer. Dicen que se va por la dichosa audiencia, mera estupidez. Pero créanme, aunque fuera así, está claro que no es el principal culpable de que los números no hayan favorecido a las retransmisiones ACB.
Llegó hecho un chaval a la cadena hace más de 30 años y se va como un gran comunicador a las 52 primaveras. Por lo menos, su trabajo será recompensado con la medalla de plata al mérito deportivo.
Cuando se despide a más de 4.000 personas (como es el caso), una de dos: o las cosas se estaban haciendo tremendamente mal; o a partir de entonces empezarán a empeorar. Centrándonos en el deporte de la canasta, echar a Pedro Barthe no creo que sea la solución al cáncer televisivo que sufre nuestro deporte.
Nadie podrá negarle que no sabía de esto; podría retransmitir los partidos mejor o peor; resultar más o menos gracioso; pero lo hacía bien, bastante bien. Quizás le faltara algo de sangre en algunos momentos cumbre de los partidos, pero cada uno es como es.
La sincronía con «Chichi» Creus si la hubieran sabido pulir algo más (y no haber puesto a Romay en medio), creo que podía haber funcionado bien y para rato. Pero está claro que la voz cantante no era lo que fallaba, y el tiempo una vez más, lo demostrará.
El grandísimo problema para que los números no acompañen al baloncesto en nuestro país, es porque no se le da la suficiente publicidad (lo escribiría en mayúscula si pudiera). Se maltrata al que es el segundo deporte por afición de este país, de una manera humillante. Continuos cambios de horario; de estructura; ninguna publicidad en los medios (ni digamos en T.V.); en los telediarios si alguna vez salen los resultados ACB es por error.
Es preferible «escupir» sin venir a cuento las tres mejores jugadas de la NBA. Cumplen los dos requisitos de la televisión: es gratis y vende.
Basta ya de cabezas de turco por favor, y que sean juzgados de una maldita vez los verdaderos culpables de que el baloncesto no esté a día de hoy, donde se merece.
Un saludo a Pedro Barthe y que ojalá tenga suerte en el futuro inmediato.
