El final del año invita a la reflexión y la proyección hacia el futuro, especialmente para aquellos que enfrentan realidades de vulnerabilidad. En este sentido, el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco, con el apoyo de Smurfit Westrock, ha llevado a cabo una encuesta que ha recogido la voz de 310 personas con diferentes discapacidades. Este estudio busca identificar sus deseos y expectativas para el año 2025, revelando que la vivienda y el empleo son las principales prioridades para este colectivo.
En un contexto donde la inclusión laboral de personas con discapacidad ha ido en aumento, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que en 2022 se alcanzó un récord de 538.717 trabajadores con discapacidad empleados, un aumento notable desde los 346.600 en 2013. Sin embargo, esta mejora es aun insuficiente, dado que un abrumador 72,9% de los nuevos contratos se generan en el ámbito protegido, lo que no asegura la inclusión en el mercado laboral ordinario.
Las cifras reflejan una brecha significativa en la tasa de actividad: el 35,3% de las personas con discapacidad se encuentra en el mercado laboral, frente al 77,7% de quienes no tienen discapacidad. A pesar de los avances en la educación secundaria para este grupo, la presencia en estudios de formación superior es aún muy baja, lo que limita sus oportunidades de empleo.
Los deseos para 2025 también revelan un fuerte deseo de acceder a una vivienda digna y accesible. De acuerdo con la encuesta, el 93,9% de los participantes considera que la vivienda es crucial, similar al porcentaje que valora la importancia del empleo. La vivienda se concibe como un espacio de autonomía y seguridad, mientras que el empleo es visto como el medio para alcanzar otros objetivos, situando así a ambos elementos como pilares para lograr una vida normalizada y digna.
Desgraciadamente, la falta de适宜住房 y un panorama laboral desigual oscurecen estas aspiraciones. Actualmente, solo el 25% de las viviendas en España son accesibles, lo que limita las posibilidades de independencia para las personas con discapacidad. Además, se observa que un 73,1% de quienes están desempleados han sentido algún tipo de discriminación al buscar empleo, lo que resalta la necesidad de un cambio estructural en la percepción y tratamiento de este colectivo en el ámbito laboral.
De cara al futuro, una mayoría significativa (64,1%) de los encuestados confía en que 2025 será un buen año para el empleo de las personas con discapacidad, impulsado por la creciente sensibilización en torno a la inclusión y diversidad en las empresas. Sin embargo, persiste la inquietud por no quedar atrás en la búsqueda de oportunidades, lo que evidencia la necesidad de más esfuerzo en la formación y sensibilización desde un enfoque inclusivo.
Las cualidades deseadas en un líder incluyen la empatía, la honestidad y la humildad, lo que refleja un deseo de entornos laborales más comprensivos y accesibles. Además, muchas personas con discapacidad reconocen la influencia positiva de figuras cercanas en su vida y buscan esas características en sus jefes ideales.
Con el 2025 a la vuelta de la esquina, los deseos de vivienda y empleo sobresalen, poniendo de relieve la urgencia de adoptar políticas efectivas que promuevan la inclusión y la igualdad de oportunidades, permitiendo así que las personas con discapacidad logren construir una existencia digna y plena.
