Viajes de Esperanza: Familias Venezolanas en Movimiento por América del Sur

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Viajes de esperanza: familias venezolanas en movimiento por toda América del Sur

En el pueblo fronterizo de Aguas Verdes, Perú, María, una niña de cinco años, sostiene una manzana y sonríe, simbolizando la esperanza en medio de la adversidad. La historia familiar de María ilustra el difícil camino que enfrentan muchos venezolanos que buscan escapar de su país en busca de una vida mejor, impulsados por la necesidad de encontrar alimentos y medicamentos esenciales.

Rosa, la madre de María, comparte las dolorosas experiencias vividas en su travesía desde Venezuela. Tomando un autobús que las llevó a través de su país, llegaron a Colombia, donde el padre de César las esperaba. Ahora, la familia se dirige a Lima con la esperanza de construir un futuro más prometedor. «Muchos de nosotros llevamos solo una bolsa llena de sueños a los que hemos tenido que aferrarnos mientras buscamos trabajo e intentamos reconstruir nuestras vidas», reflexiona Francis, el padre de María, mientras se encuentra en un Punto de Asistencia y Orientación con sus pocas pertenencias.

Cada día, alrededor de 200 venezolanos cruzan a pie la frontera hacia Perú, en busca de nuevos destinos. Este flujo migratorio creciente aumenta el riesgo de violencia y pone a los migrantes en situaciones vulnerables, privándolos de acceso a atención médica y otras necesidades básicas. Los «caminantes», como se les denomina, se enfrentan a peligros que van desde grupos criminales hasta desafíos naturales, especialmente aquellos que viajan con niños.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) está realizando un importante trabajo en la región, brindando asistencia vital a los migrantes en tránsito a través de la entrega de alimentos, agua y kits de higiene. «Nosotros vamos hacia ellos», explica Pedro Balladares, oficial en terreno de la OIM, subrayando la importancia de acercarse a las personas que enfrentan situaciones difíciles tras haber recorrido largas distancias.

Con Perú como el segundo mayor destino mundial para refugiados y migrantes venezolanos, se estima que actualmente hay 1,5 millones de ellos en el país. En 2023, más de 162.000 personas han ingresado a Perú, mientras que casi 120.000 han cruzado en sentido contrario. Muchos migrantes ven estos cruces como pasos temporales, ya sea hacia el norte, rumbo a México y EE.UU., o hacia el sur, a países como Bolivia y Chile.

En medio del desierto de Atacama, familias como la de José, quien ha recorrido un viaje de dos meses y cerca de 5.000 kilómetros desde Venezuela, buscan refugio bajo albergues temporales. José, un ex profesor de secundaria, narra las difíciles condiciones del viaje, que han dejado huellas en su salud y emocionalidad.

Detrás de las cifras de la migración se encuentran historias personales cargadas de nostalgia y anhelo de regresar al hogar. Kevin, un migrante que partió a Chile en busca de trabajo, expresa el profundo deseo de volver y reencontrarse con su familia en Venezuela, un sentimiento compartido por muchos que habitan en la incertidumbre mientras reciben ayuda en su camino.

La ruta hacia un futuro mejor está llena de retos, pero la resiliencia y la esperanza de estos migrantes continúan brillando a pesar de la adversidad que enfrentan.
Fuente: ONU últimas noticias