El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha denunciado este viernes las atrocidades que se están cometiendo en El Fasher, capital del estado sudanés de Darfur del Norte, señalando que son “previsibles y evitables” pero que han sido ignoradas por la comunidad internacional. En una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Türk alertó sobre el asedio «asfixiante» que sufre la ciudad, donde los habitantes han llegado a alimentarse de forraje y cáscaras de cacahuete.
Türk advirtió sobre la propagación de la hambruna y el riesgo creciente de una masacre si El Fasher cae en manos de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Reiteró que los recientes asesinatos masivos de civiles, ejecuciones étnicamente selectivas, violencia sexual, secuestros y ataques contra el personal y las instalaciones de salud eran consecuencias de advertencias desoídas. “Las manchas de sangre en el suelo de El Fasher se han fotografiado desde el espacio. La mancha en el historial de la comunidad internacional es menos visible, pero igual de dañina”, enfatizó.
El Alto Comisionado instó a una acción inmediata y coordinada, pidiendo a los Estados con influencia que garanticen la protección de civiles y faciliten la huida segura de quienes intentan escapar de la violencia. También solicitó responsabilidad para los perpetradores de violaciones del derecho internacional y destacó que su Oficina está recopilando evidencias para que la Corte Penal Internacional examine la situación.
Además, Türk subrayó que Sudán está inmerso en una «guerra indirecta por sus recursos naturales», implicando a varios países de la región y del mundo. También insistió en la necesidad de un embargo de armas y en el retorno a un gobierno civil inclusivo, mientras expresaba su preocupación por el incremento de la violencia en Kordofán, advirtiendo que “no debe sufrir el mismo destino que Darfur”.
A medida que el Consejo de Derechos Humanos trataba la situación en Sudán, las agencias humanitarias de la ONU advertían de un escenario catastrófico si no se toman medidas urgentes. Con una crisis humanitaria que alcanza uno de sus puntos más críticos en décadas, la presencia de explosivos sin detonar plantea una amenaza diaria para los desplazados. La Organización Mundial de la Salud ha informado que menos de la mitad de los centros médicos operan a plena capacidad y se han registrado brotes de cólera, dengue y malaria, con cifras alarmantes de contagios y muertes.
La situación en Sudán no solo afecta a los adultos: miles de niños no acompañados han llegado a refugios, mientras que muchos más permanecen atrapados en sus comunidades, expuestos a la violencia. Las rutas de desplazamiento han sido descritas como “corredores de terror”, donde las personas son víctimas de robos, agresiones sexuales y asesinatos. Con el invierno acercándose, se está reforzando la respuesta humanitaria que, sin embargo, sigue siendo insuficiente.
Fuente: ONU últimas noticias





