Visitar la página web de una ferretería local puede parecer una actividad cotidiana, casi rutinaria. Sin embargo, un simple desliz en la dirección del sitio puede llevar a una costosa sorpresa. Los ciberdelincuentes están perfeccionando sus métodos, utilizando tácticas que permiten que incluso los usuarios más cautelosos caigan en sus trampas. Cuando un cliente realiza un pedido y pago en un sitio que parece legítimo, puede pasar por alto que solo una letra de la dirección web era incorrecta. Aunque algunos pueden recuperar su dinero rápidamente, otros enfrentan la dura realidad de que en muchos países la recuperación de fondos perdidos resulta casi imposible.
Cada vez más personas se ven obligadas a declararse en quiebra debido a pérdidas económicas ocasionadas por la ciberdelincuencia. Un abogado especializado en quiebras ha señalado que este es un fenómeno que afecta a una amplia gama de ciudadanos, y que destaca la importancia de contar con sistemas de protección y apoyo adecuados.
El panorama del cibercrimen ha cambiado drásticamente en los últimos años. Pasó de ser un asunto de hackers solitarios a convertirse en una operación llevada a cabo por redes delictivas organizadas que operan a gran escala. Las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, han facilitado la acción de estos delincuentes, quienes pueden llevar a cabo ataques con un mínimo esfuerzo. Desde campañas de phishing hasta ataques de relleno de credenciales, el uso de estas herramientas crea un desafío para las prácticas tradicionales de investigación y prevención del delito.
El phishing, que engaña a las personas para que entreguen información sensible mediante sitios o correos electrónicos falsos, es uno de los métodos más comunes. Los delincuentes, incluso sin experiencia, pueden acceder a «kits de phishing» que les permiten clonar sitios web de manera rápida y eficiente. Así, muchas contraseñas y datos personales robados circulan en la internet profunda, donde se utilizan para realizar ataques automatizados en múltiples plataformas.
Para hacer frente a esta creciente amenaza, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en diciembre de 2024 la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Cibernética, la cual es considerada el primer tratado internacional sobre justicia penal en más de dos décadas. Este nuevo marco tiene como objetivo establecer definiciones unificadas y procedimientos de investigación, así como mecanismos para la asistencia a las víctimas.
La Convención, que se abrirá a la firma el 25 de octubre en Hanoi, Vietnam, promete ser un punto de inflexión en la lucha contra la ciberdelincuencia. Al unificar esfuerzos y permitir la cooperación internacional, podría marcar el inicio de una nueva era en la que un simple error tipográfico en una dirección web no lleve a consecuencias financieras devastadoras.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) lidera los esfuerzos internacionales en esta esfera, proporcionando formación y apoyo técnico a los Estados para enfrentar la ciberdelincuencia de manera efectiva. Con el respaldo de este tratado, se espera que las naciones estén mejor equipadas para proteger a sus ciudadanos en un entorno digital cada vez más complejo y amenazante.
Fuente: ONU últimas noticias



