Cuando los piratas llegan a casa se quitan el parche, la pata de palo y el loro y se ponen a ver películas de miedo. Otros prefieren las de amor. Pero ninguno ve una película de barcos porque eso sería llevarse el trabajo a casa.
Los piratas no son fieros ni temibles. Los piratas son personas capaces de componer un poema dentro de una gota de ron, pero son tan tímidos que no se atreven a contárselo a nadie y se lo beben. Escriben mucho, por eso están tan borrachos, porque se beben todos los poemas que alguna vez crean.
En el fondo no son más que seres bonachones que se ganan la vida como pueden. Ellos no roban a los pobres, son una especie de obin Hood de los mares que buscan a una sirena que se ha perdido. Una vez escucharon el mar dentro de un macarrón y desde entonces sólo comen tallarines, por miedo a morder a algún ser que viva dentro.
Los miércoles es su día favorito. Porque como está en medio de la semana, no están ni tristes porque es lunes, ni eufóricos porque ya es viernes. Y es que a los piratas les gusta la tranquilidad y los estados neutros. Y odian las peleas, pero claro, ¿quién respetaría a un pirata sin espada?
En el fondo son muy buenos, así que si te encuentras con uno, no huyas. Invítalo al cine. Y si puede ser una romántica, mejor. Seguro que se hace tu amigo para siempre.
