Los participantes de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP30, que se lleva a cabo en Belén, Brasil, tendrán la oportunidad de experimentar la rica herencia culinaria de los pueblos indígenas de la Amazonía durante un descanso para comer. La destacada cocinera y activista indígena Tainá Marajoara liderará la elaboración de una variedad de platos que reflejan las tradiciones y los ingredientes autóctonos de esta región.
En una entrevista, Tainá subrayó que la dieta ofrecida a jefes de Estado y ministros es una que «no envenena, no contamina y no mata». Ella define esta comida como una celebración de la vida y del planeta, destacando platos como el canhapira, que forma parte integral de la cocina local, además de un uso abundante de açaí y maniçoba, este último un guiso típico de la región que se hace con hojas de yuca cocidas y cerdo. «Estamos planeando comprar al menos dos toneladas de pirarucu», agregó, refiriéndose al famoso pescado amazónico que se incluirá en el menú.
Tainá, quien también es fundadora del colectivo Ponto de Cultura Alimentar Iacitatá, supervisa la cocina que servirá a todos los asistentes del evento. A través de su trabajo, espera enviar un mensaje claro sobre la urgente necesidad de reconocer la conexión entre los pueblos indígenas y la soberanía alimentaria. En este contexto, se han solicitado más de 10 toneladas de alimentos agroecológicos, cultivados sin el uso de pesticidas ni semillas modificadas genéticamente.
Al hablar sobre su participación, Tainá enfatizó la importancia de la paz: «Queremos demostrar que es posible vivir en paz. Necesitamos vivir en paz». Durante su tiempo en Roma, donde asistió al Foro Mundial de la Alimentación, reiteró que la violencia en las tierras ancestrales no solo afecta a las comunidades, sino que también atenta contra su cultura.
Tainá subrayó que los sistemas alimentarios indígenas están íntimamente ligados al conocimiento tradicional y la espiritualidad. Ella ve su papel en la COP30 como parte de un movimiento más amplio de «diplomacia cultural y ancestral», y espera que esta iniciativa sea un modelo a seguir en futuros encuentros internacionales.
Por último, abogó por una mayor protección de los territorios indígenas, afirmando que este paso es esencial para abordar la crisis climática mundial. «El mundo está colapsando y no hay tiempo para negociaciones interminables», concluyó.
Fuente: ONU últimas noticias
 
 
