Un portero con pasado

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En los años setenta se puso de moda un cine que mostraba el cuerpo humano desnudo en actitudes sexuales. No era en realidad pornografía, sino más bien cine erótico. Por otra parte, en paralelo al cine convencional, siempre ha existido cine x, aun cuando no se exibieran las películas en locales públicos, pero por supuesto, no es el caso. Como digo, en los setenta se hicieron unas cuantas películas que nos presentaban el lado más desinhibido del homo sapiens, y en algunos casos con pretensiones de obras de arte.

El caso de El portero de noche de la realizadora italiana Liliana Cavani es uno de estos. La verdad es que el filme, que no vi en su momento y acabo de ver ahora, me ha llamado más la atención por lo retorcido de su argumento que por la belleza o la poesía de sus imágenes, o, por las escenas de sexo. Escenas que, dicho sea de paso, están interpretadas de un modo terriblemente insulso tanto por Dirk Bogarde como por Charlotte Rampling. Y es que, hasta para follar, para simularlo por lo menos, hay que tener gracia y donosura.

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La historia que nos cuenta la Cavani contradice plenamente aquello que decía el poeta romántico John Keats en su correspondencia: «… la poesía debe sorprender por su magnífica superabundancia y no por su singularidad». Si este film fuese un poema, desde luego sorprende por su singularidad y no por abundancia de nada.

 Hay que revelar la trama para comprenderlo: una mujer judía bien situada socialmente vuelve a encontrarse con el nazi que la violaba cuando era adolescente, y que ahora trabaja de portero de un hotel en Viena. Aunque parezca increíble están enamorados y encima les va la marcha y se maltratan porque les pone cachondos. A todo esto, un grupo de ex-nazis, compañeros del protagonista, intentan borrar sus huellas como tales y empiezan a sospechar la relación de los tortolitos y a temer por la seguridad del grupo. Así las cosas, deciden tomar medidas…

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A mi me gustaría saber en que condiciones, mentales y físicas, estaban los guionistas Barbara Alberti e Italo Moscati cuando escribieron este guión, y, sobre todo, de quién fue la idea original, si de ellos o de la Cavani. En cualquier caso, tampoco creo que importe mucho, todos tenemos derecho a tener un lado oscuro, e incluso derecho a convertirlo en cine, por qué no.

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