La creciente conexión de los menores a Internet ha despertado la preocupación de muchos padres sobre los riesgos asociados a un acceso sin supervisión. Según un estudio realizado por Qustodio, titulado «El dilema digital: La infancia en una encrucijada», un alarmante 78% de los progenitores expresa su inquietud por el consumo de contenidos inapropiados. Este panorama se agrava con el hecho de que casi el 90% de los adolescentes se conectan a la red varias veces al día, y un 37% admite saber cómo eludir las medidas de control parental.
La falta de supervisión puede llevar a que los menores se expongan a diversos riesgos. Uno de los más preocupantes es el ciberacoso, facilitado por la comunicación instantánea a través de redes sociales y aplicaciones. Esta situación puede dañar seriamente la salud emocional y la autoestima de los jóvenes, al sufrir insultos y amenazas sin que los padres sean conscientes.
Otro riesgo destacado es la invasión a la privacidad y el potencial robo de datos. La falta de educación digital puede propiciar que los menores compartan información personal sensible con desconocidos, lo que los hace vulnerables a situaciones de suplantación de identidad y fraudes.
Además, los expertos advierten sobre el aumento de inseguridades y problemas de salud mental. El uso excesivo de pantallas, especialmente antes de dormir, puede causar trastornos del sueño y ansiedad, y la constante exposición a las redes sociales puede generar insatisfacción personal y comparación social, lo que es crítico en la etapa de formación de la autoestima.
También se pone de relieve la formación de hábitos digitales poco saludables. Sin una orientación adecuada, los menores corren el riesgo de desarrollar conductas adictivas hacia los videojuegos y ciertas aplicaciones, lo que podría afectar negativamente su rendimiento académico y relaciones sociales.
Emily Lawrenson, gerente de comunicación de Qustodio, subraya la importancia de que las familias sean conscientes de sus hábitos digitales y fomenten un diálogo abierto sobre el uso responsable de Internet. Asimismo, sugiere establecer acuerdos sobre horarios y límites en el uso de dispositivos electrónicos, promoviendo así un equilibrio saludable en la vida digital de los jóvenes.