En una reciente sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, Geir Pedersen, el enviado especial para Siria, destacó que una transición política inclusiva, creíble y transparente es esencial para enfrentar los múltiples desafíos que atraviesa el país. Según Pedersen, este proceso debe ser liderado por los propios sirios y contar con el apoyo de la ONU y de la comunidad internacional. Enfatizó la necesidad de restaurar la soberanía del pueblo sirio, permitiéndoles superar el conflicto y alcanzar sus legítimas aspiraciones.
Durante su intervención, Pedersen promovió la idea de una nueva Siria, basada en principios inclusivos y en concordancia con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad. Sin embargo, expresó su preocupación por la falta de un estado de derecho y un marco jurídico claro que soporte las decisiones políticas y los nombramientos, lo cual ha creado inquietud entre los sirios. También llamó la atención sobre las prácticas discriminatorias contra las mujeres, quienes anhelan ser parte activa en la toma de decisiones, más allá de simplemente recibir protección.
El funcionario también abordó el conflicto en el noreste del país, elogiando el establecimiento de un canal de comunicación entre las autoridades provisionales y las Fuerzas Democráticas Sirias, pero advirtiendo sobre los riesgos de un aumento en la violencia y la inseguridad, lo cual podría afectar negativamente a la población civil y a la estabilidad regional. Pedersen subrayó la necesidad de que actores internacionales, incluyendo a Estados Unidos y Turquía, trabajen conjuntamente para encontrar soluciones que promuevan la paz.
Entre los problemas críticos, el enviado mencionó la continua presencia de grupos armados y la reestructuración del sector público, que podría empujar a miles de sirios a la pobreza. Asimismo, se mostraron preocupaciones sobre las acciones de las nuevas fuerzas armadas y la inclusión de combatientes extranjeros, así como de informes sobre incidentes graves durante operaciones de seguridad, que incluyen abusos y violaciones de derechos humanos.
La secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Joyce Msuya, también participó en la sesión, informando que más del 70% de la población siria enfrenta crisis humanitaria. Indicó que los combates recientes han llevado al desplazamiento de más de 25,000 personas. Msuya enfatizó la necesidad urgente de financiamiento para la asistencia humanitaria, señalando que son necesarios 1,200 millones de dólares para poder ayudar a 6.7 millones de sirios hasta marzo de este año.
Ambos representantes de la ONU coincidieron en la importancia de que la comunidad internacional asuma su responsabilidad en apoyar una transición exitoso en Siria, resaltando que ahora es un momento crucial para invertir en el futuro del país y restablecer los servicios esenciales que permitan a los sirios reconstruir sus vidas.
Fuente: ONU últimas noticias