La inteligencia artificial (IA) se ha transformado en una herramienta esencial que está remodelando la forma en que las empresas buscan y seleccionan talento. David Cardoner Rafel, reconocido especialista en estrategia organizativa y transformación digital, sostiene que este avance no solo mejora la eficiencia de los procesos de selección, sino que también allana el camino hacia modelos más inclusivos, objetivos y estratégicos.
«Durante décadas, la selección de personal se ha basado en procesos manuales que dependían en gran medida de la intuición y de tiempos operativos muy largos. Hoy, gracias a la IA, podemos automatizar tareas repetitivas, mejorar la precisión de las evaluaciones y dedicar más energía a lo que realmente importa: conectar a las personas adecuadas con las oportunidades correctas», afirma Cardoner.
Una de las principales ventajas que ofrece la IA es su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos en cuestión de segundos. Los algoritmos pueden analizar currículums, cartas de motivación, resultados de pruebas y evaluaciones internas, así como interacciones durante las entrevistas, generando perfiles mucho más completos y objetivos. Esto no solo acelera el proceso de selección, sino que también permite identificar talento de alto potencial que podría pasar desapercibido en un análisis más tradicional.
Cardoner también resalta el papel crucial que juega la IA en la reducción de sesgos inconscientes. Mientras que las decisiones humanas pueden estar influenciadas por factores subjetivos, los sistemas automatizados, cuando están bien diseñados, pueden aplicar criterios más justos y consistentes. «La tecnología no reemplaza al ser humano; lo potencia. Libera tiempo y mejora la calidad de las decisiones», subraya.
Otro aspecto importante es la mejora en la experiencia de los candidatos. En un entorno laboral donde la transparencia, agilidad y personalización son cada vez más valoradas, la IA permite a las empresas brindar respuestas rápidas, evaluaciones automatizadas y seguimiento en tiempo real. Esto fortalece la marca empleadora y genera mayor confianza entre los postulantes.
A pesar de los beneficios, Cardoner insisite en que la adopción de estas tecnologías debe venir acompañada de una visión ética y estratégica. «La IA es poderosa, pero no neutral. Si se alimenta con datos sesgados, reproducirá desigualdades. Por eso es esencial combinar innovación con supervisión humana y principios claros de equidad y transparencia», agrega.
Para Cardoner, la IA no es una tendencia pasajera, sino un componente fundamental del futuro del trabajo. Las empresas que logren integrar estas herramientas con ética, inteligencia y una visión a largo plazo estarán mejor preparadas para competir en un mercado cada vez más desafiante y dinámico. «La verdadera innovación ocurre cuando tecnología y talento humano trabajan juntos», concluye.