Tormentas de Arena y Polvo: Estragos Pasados por Alto e Infravalorados a Través de las Fronteras

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Pasadas por alto e infravaloradas, las tormentas de arena y polvo causan estragos a través de las fronteras

Las tormentas de arena y polvo están convirtiéndose en un problema creciente para el planeta, con más de 2000 millones de toneladas de estas partículas ingresando anualmente a la atmósfera, una cantidad equivalente a 307 pirámides de Giza. Según el informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), aunque el volumen de polvo ha disminuido ligeramente en 2024, su impacto sigue aumentando, afectando a más de 330 millones de personas en 150 países.

El fenómeno no solo trae consigo cielos brumosos y ventanas sucias, sino que está ligado a una serie de complicaciones para la salud y la economía. Celeste Saulo, secretaria general de la OMM, enfatizó que estas tormentas son responsables de muertes prematuras y altos costes económicos para las naciones afectadas. Las partículas de polvo que, en su mayoría, provienen del norte de África y Oriente Medio, pueden viajar miles de kilómetros, alterando el aire de otras regiones como Europa y Asia. Un ejemplo reciente de esto fue el polvo proveniente del Sahara Occidental que llegó a las Islas Canarias y el polvo trasladado por los vientos de Mongolia a Beijing.

Este fenómeno se está transformando en un reto global. Philémon Yang, presidente de la Asamblea General de la ONU, señaló que las tormentas de arena y polvo se han intensificado y no son simplemente fenómenos locales. Entre 2018 y 2022, más de 3800 millones de personas estuvieron expuestas a estas partículas, que están relacionadas con enfermedades cardiovasculares y causan alrededor de siete millones de muertes prematuras cada año. Estas tormentas también pueden reducir la producción agrícola en comunidades rurales, exacerbando el riesgo de hambre y pobreza.

Con pérdidas económicas que alcanzan el 2,5% del PIB regional en Oriente Medio y el Norte de África debido a estas tormentas, es evidente la necesidad de abordar este asunto de manera coordinada. La OMM ha solicitado que se invierta más en sistemas de alerta temprana y seguimiento de datos, señalando que ningún país puede enfrentar este desafío solo. La declaración de 2025-2034 como el Decenio de la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo debería marcar un cambio significativo, instando a los Estados miembros a pasar de la concienciación a la acción.
Fuente: ONU noticias Salud