Esta semana Hollywood está de luto por la muerte de Robin Williams y de Lauren Bacall. El martes nos sorprendía la noticia del fallecimiento de Robin Williams. El actor de 63 años aparecía muerto en su casa de Tiburon ahorcado con un cinturón. Obra de la ironía, este cómico llevaba sufriendo largos periodos de depresión y de escarceos con las drogas que lo llevaron a quitarse la vida. Robin Williams se caracterizaba por ser un actor afable y de un grata factura que dejaba huella en cada película en la que interpretaba. La academia de Hollywood sólo lo premió una vez por su trabajo en «El indomable Will Hunting» (Good Will Hunting, 1997) en la que se llevó la estatuilla por Mejor Actor Secundario.
Este actor nos deja auténticas maravillas para los restos como «El club de los poetas muertos» (Dead Poets Society, 1989) en la que interpretaba a un profesor maravillado con la poesía, «Despertares» (Awakenings, 1990) película en la que compartió protagonismo junto a Robert de Niro, «Good Morning, Vietnam» (Good Morning, Vietnam, 1987) o la divertida «Jumanji» (Jumanji, 1995), película sobre un juego de mesa que cobraba vida propia.
El mundo se queda huérfano de un actor polifacético que nos sabía hacer reir como nunca – Señora Doubtfire, papá de por vida (Mrs. Doubtfire, 1993) -, llorar a moco tendido – Patch Adams (Patch Adams, 1998) – o estremecernos de miedo – Retratos de una obsesión (One Hour Photo, 2002) –
Estamos seguros que allá donde vaya, el bueno de Robin seguirá deleitando al personal con sus magistrales interpretaciones.
El miércoles por la mañana nos despertábamos con la pérdida de una diva del cine, Lauren Bacall. La actriz que debutó en la farándula con sólo 19 años en «Tener y no tener» (To Have and Have Not, 1944) era una auténtica seductora que destacaba por su sensual mirada. Compartió muchos de sus trabajos con Humphrey Bogart, con el cual destilaba mucha química. A los dos los podemos ver en películas como «El sueño eterno» (The Big Sleep, 1946), «La senda tenebrosa» (Dark Passage, 1947) y «Cayo largo» (Key Largo, 1948). Química que perduró hasta la muerte de este en 1969.
Los Oscars no fueron justos con ella, aunque en 1996 logró una nominación a la mejor actriz de reparto por «El amor tiene dos caras» (The Mirror Has Two Faces, 1996). Finalmente el Oscar recaería en Juliette Binoche por El paciente inglés (The English Patient, 1996). Aún así, la academia decidió otorgarle un Oscar honorífico a su carrera en 2009.
El mundo se nos queda sin divas, y esta semana se ha ido una de las grandes. Descanse en paz Lauren Baccall.