A pesar de una tendencia general a la baja en la siniestralidad vial, los recientes datos revelan un leve aumento en los accidentes mortales por salidas de la vía durante el periodo estival. El último informe de la Dirección General de Tráfico, correspondiente al verano de 2025, señala que este tipo de siniestro sigue siendo el más letal, representando un alarmante 43% de las víctimas mortales en carretera, con 99 fallecimientos registrados solo entre julio y agosto.
Si bien se ha registrado un descenso del 7% en el total de siniestros mortales en comparación con el verano de 2024, el número de víctimas en salidas de la vía ha mostrado un incremento, con tres fallecimientos más que en el mismo periodo del año anterior. Esta problemática es especialmente prevalente en carreteras convencionales, donde se concentra gran parte de la siniestralidad, aunque en autopistas y autovías también supone más de la mitad de las muertes, alcanzando el 53%.
La persistencia de las salidas de la vía como principal causa de mortalidad resalta la urgente necesidad de invertir en infraestructuras seguras. El reciente vuelco de un autobús en la C-32 de Barcelona subraya esta demanda, evidenciando la falta de sistemas de contención adecuados. Expertos en seguridad vial, como Roberto Impero, CEO de SMA Road Safety, han señalado que la carencia de estas infraestructuras no solo compromete la seguridad de los conductores, sino que también plantea un elevado coste social y económico. Impero enfatiza que la implementación de barreras de protección y sistemas de contención podría contribuir significativamente a la reducción de accidentes y la mejora de la seguridad vial.
En cuanto al total del periodo estival, las cifras muestran un balance mixto: durante los meses de julio y agosto, se registraron 207 siniestros mortales y 228 fallecidos, lo cual representa una ligera tendencia a la baja respecto a 2024. Sin embargo, en comparación con 2019, los datos reflejan un aumento del 5% en accidentes mortales y del 6% en fallecimientos, evidenciando la necesidad de seguir reforzando la seguridad en las carreteras. Es vital que se combinen medidas de concienciación para los conductores con una actualización de las infraestructuras, priorizando aquellas áreas identificadas como más peligrosas.