El actual campeón de la Champions League, el FC Barcelona, empató a cero ayer frente al Rubin Kazán ruso. Muchos eran los factores contra los que debía de luchar los hombres de Pep Guardiola: el frío primero y después a los inquebrantables rusos o al revés. Por lo menos, consiguieron un empate que vale un punto que ya es más que lo que consiguió en el Camp Nou – sí, al R. Madrid le pasó lo mismo sí que pronto os tiráis al cuello -. Los culés necesitaban la victoria como el comer para no pasar apuros en su Grupo F pero fallaron y ahora deberán hacer el más difícil todavía, ganar al Inter de Milán en el Camp Nou y volver a combatir al frío y al Dynamo de Kiev.
En el Barça jugaron todos y en el Rubin faltó Bukharov pero más o menos también los mismos. El tiqui taca acumuló el 75% de la posesión de balón pero el Rubin se mostró sólido y firme como un bloque de hormigón armado. El Barça, desquiciado, entró al juego de la provocación y un constante ir y venir a ambas porterías. De esta manera, llegamos a tres paradones de Víctor Valdés de gran mérito. Pero también Ryzhikov paró lo suyo por el asedio blaugrana – 19 disparos y un par de palos incluidos – no tuvieron la suerte de cara en ninguno de los dos encuentros disputados.
Todo hay que decirlo, el Barcelona jugó muy bien, recuperando el balón, tocando, abriendo el campo, con su juego. Faltó resolver las jugadas aquellas que otras veces aparece algún jugador para introducirla dentro de la portería. Xavi e Iniesta hacen la jugada y Messi e Ibrahimovic se topan con la defensa o el portero. La verdad que desesperó a todos los jugadores y resignados esperaron el final del encuentro. Se complicó y mucho la clasificación eso es más que evidente.
Imagen: fcbarcelona
