Arjen Robben volvió a demostrar que está en un momento muy dulce, porque a pesar que ha sido un chupón en muchas de las jugadas que ha tocado el balón, él ha sido el autor del único tanto del partido, además se ha tirado el equipo a la espalda después de la expulsión de Ribery, que se le han cruzado los cables y en el minuto 37 vio la roja por una fea entrada a Lisandro.
La mayor decepción no fue la actitud del francés, que dejó a su equipo con diez en una semifinal de la Champions, sino la actitud del Lyon, que con un jugador más se echó más atrás si es posible a esperar que vinieran los ataques romanos, además la ventaja numérica no duró mucho porque Toulalam vio dos amarillas en seis minutos, por dos feas entradas cuando no tenía mucho sentido.
Con la igualdad en el campo y en el marcador, el Bayern se fue más arriba, de hecho tuvo varias oportunidades hasta que Robben conectó un disparo desde lejos, que desvió ligeramente un compañero y que Lloris se comió un poco, ni con el marcador en contra los franceses salieron de su cueva, parecía que el resultado era bueno, y eso permitió que el Bayern tuviera más oportunidades de gol, después el holandés fue sustituido y se llevó la bronca de Van Gaal por la reacción que tuvo, mientras que la afición coreaba su nombre.