El auge de los tratamientos estéticos con ácido hialurónico ha traído consigo una serie de riesgos inesperados, especialmente para aquellos que consideran someterse a una rinoplastia. La Dra. Silvia Rosón, especialista en Cirugía Maxilofacial y Cirugía Estética Facial con más de 15 años de experiencia, ha hecho sonar la alarma sobre las posibles complicaciones que pueden surgir cuando se combinan estos dos procedimientos.
La experiencia de la Dra. Rosón se ilustra con un caso reciente de una paciente que, tras inyectarse ácido hialurónico en la nariz, optó por una rinoseptoplastia para mejorar su forma y función nasal. A pesar de que la operación en sí fue un éxito, al retirar la férula tras la cirugía se descubrió una lesión en el dorso nasal. Esta lesión fue atribuida a la disminución de la vascularización causada por el ácido hialurónico.
La pronta intervención de la Dra. Rosón, utilizando un tratamiento con Cámara Hiperbárica, permitió que la lesión desapareciera en un breve lapso de cinco días. La paciente logró recuperarse satisfactoriamente, sin ninguna secuela, gracias a la actuación rápida y eficaz de la doctora. Este caso destaca la importancia de la prevención y de contar con un cirujano experimentado capaz de manejar complicaciones inesperadas.
El mercado de procedimientos estéticos ha avanzado considerablemente en los últimos años, reflejando un incremento del 40% en la demanda tanto de intervenciones quirúrgicas como de tratamientos no invasivos. Sin embargo, este crecimiento también ha puesto de manifiesto la falta de conciencia sobre los riesgos del uso de rellenos dérmicos previos a una cirugía nasal.
«La popularidad del ácido hialurónico ha aumentado drásticamente, pero pocos pacientes son conscientes de que su uso previo a una cirugía nasal puede ser perjudicial», advierte la Dra. Rosón. «Este relleno puede comprometer la circulación sanguínea de la piel, aumentando el riesgo de lesiones». En su práctica, la Dra. Rosón desaconseja el uso de ácido hialurónico si se planea una futura rinoplastia.
Además, recomienda que los pacientes informen a su cirujano sobre cualquier uso anterior de ácido hialurónico. Tal como explica la doctora, es crucial tomar medidas preventivas, como la aplicación de hialuronidasa, para disolver el ácido antes de la cirugía y reducir el riesgo de complicaciones. Esta comunicación puede ser determinante para asegurar un resultado perfecto y sin contratiempos.
Con una vasta experiencia que abarca patologías complejas en las zonas cráneo-orbito-palpebral y cervicofacial, la Dra. Silvia Rosón, cuya clínica se encuentra en Madrid, ofrece un enfoque integral y detallado para cada caso, incluso aquellos de elevada complejidad. Su formación en cirugía oncológica y reconstructiva facial compleja subraya su compromiso con la excelencia quirúrgica, siempre con el objetivo de restaurar la armonía y belleza facial de sus pacientes.