Recortes de Ayuda en EE. UU.: Un Desafío para las Agencias de Salud y un Riesgo para Millones de Vidas

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Los recortes de ayuda estadounidenses ponen a las agencias de salud en una encrucijada y amenazan millones de vidas

En una reciente rueda de prensa, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el impacto devastador que la reducción de fondos estadounidenses está teniendo en la salud global. Según el Dr. Tedros Adhanom, “en muchos países, la brusca pérdida de fondos estadounidenses amenaza con ‘revertir los avances’ en el control de enfermedades, las tasas de inmunización, la salud materno-infantil y la preparación para emergencias”, haciendo referencia directa a los recortes en la financiación a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y otros organismos.

Particularmente preocupante es la situación en Afganistán, donde la OMS ha advertido que la escasez de fondos podría forzar el cierre del 80% de los servicios sanitarios esenciales que la organización apoya en el país. Millones de personas, incluidos grupos vulnerables como mujeres, niños y ancianos, se verían privadas de atención médica crítica, exacerbando una crisis humanitaria existente.

El Dr. Tedros enfatizó que la reducción de la financiación pone en peligro logros significativos en la lucha contra la malaria, un avance que ha requerido 20 años de esfuerzo. Señaló que los recortes han provocando “graves interrupciones” en el suministro de tratamiento y prevención, advirtiendo que de no cambiar la situación, se podrían registrar 15 millones de nuevos casos y 107,000 muertes en el próximo año, retrocediendo 15 años en los avances alcanzados.

La situación es igualmente alarmante en el frente del VIH, donde la suspensión de la financiación del Programa de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR) ha resultado en la interrupción de los servicios de tratamiento y prevención en más de 50 países. Esto podría llevar a más de 10 millones de nuevos casos de VIH y tres millones de muertes relacionadas con el virus.

Además, 27 países en África y Asia están experimentando “colapsos devastadores” en su respuesta a la tuberculosis, debido a la escasez de recursos y la interrupción de tratamientos. Este apoyo estadounidense ha sido crucial, contribuyendo a salvar casi 80 millones de vidas en las últimas dos décadas.

La reducción de la financiación también afecta los esfuerzos contra la poliomielitis y la vigilancia de enfermedades emergentes, dejando a 24 millones de personas sin acceso a servicios sanitarios esenciales. En Afganistán, más de 220 centros de salud están en peligro de cerrar, lo que dejaría a 1.8 millones de personas sin atención primaria.

El Dr. Edwin Ceniza Salvador, representante de la OMS en Afganistán, subrayó que estos cierres no son solo cifras, sino historias de vidas que se verán afectadas, como madres sin acceso seguro al parto y niños sin las vacunas necesarias. Afganistán, que ya enfrenta brotes de enfermedades mortales, se encuentra en una situación crítica ante la falta de atención médica efectiva.

Con la salud en juego, el Dr. Tedros hizo un llamado a la administración estadounidense para reconsiderar sus decisiones de financiamiento. Aunque las autoridades tienen el derecho de decidir sus prioridades, también poseen la responsabilidad de garantizar que dicha reducción se realice de manera ordenada y humana, permitiendo a los países afectados buscar alternativas sostenibles.

Destacó que la salud mundial no solo salva vidas, sino que también contribuye a la seguridad de Estados Unidos al prevenir la propagación de brotes internacionales. Además, la salud está intrínsecamente vinculada al crecimiento económico y a la estabilidad global, beneficiando a todas las naciones involucradas.

El director general instó a otros donantes a asumir un rol activo y también a los países que han dependido de la financiación estadounidense para que busquen soluciones dentro de sus capacidades. La urgencia de la situación es innegable, y un enfoque colectivo es esencial para prevenir un desastre mayor que podría costar innumerables vidas.
Fuente: ONU noticias Salud