Quironprevención Identifica Síntomas del Estrés: Falta de Apetito, Problemas Intestinales y Alteraciones Metabólicas

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Quironprevención señala la falta de apetito, los problemas intestinales y las alteraciones metabólicas como síntomas del estrés

El estrés, una constante en la vida moderna, está generando serias preocupaciones en el ámbito de la salud, según advierte el Equipo de Endocrinología, Nutrición y Dietética de Quironprevención. Aunque esencial en situaciones demandantes, el estrés crónico puede llevar a un desbalance nutricional significativo y afectar el bienestar general de las personas.

En un mundo donde las exigencias laborales y las actividades frenéticas son la norma, el estrés actúa de manera silenciosa, influenciando no solo al sistema nervioso sino impactando en otros aspectos críticos de la salud. A corto plazo, repercute en trastornos como la ansiedad y problemas de sueño, mientras que a largo plazo, debilita el sistema inmunológico, haciendo al organismo más vulnerable a infecciones y reduciendo la efectividad de las vacunas.

Las complicaciones cardiovasculares y metabólicas son otras preocupaciones asociadas con el estrés. La presión arterial elevada, la frecuencia cardíaca incrementada y el aumento de colesterol, triglicéridos y glucosa en sangre son solo algunas de las consecuencias. Estos efectos no solo llevan a un aumento de peso, principalmente en el perímetro abdominal, sino que también contribuyen a desórdenes digestivos.

Según Quironprevención, los síntomas digestivos más prominentes del estrés incluyen la pérdida de apetito, que puede llevar a un desbalance alimenticio, y trastornos como el colon irritable y úlceras que afectan la absorción de nutrientes. No menos importante es el impacto de las alteraciones metabólicas, que pueden derivar en condiciones como la hipercolesterolemia y la diabetes reactiva.

Para combatir el estrés, una aproximación integral que combine apoyo psicológico, una dieta adecuada y actividad física es esencial. En términos nutricionales, la recomendación es seguir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales de calidad, legumbres, carnes y pescados. Es importante evitar los ultraprocesados, grasas poco saludables y excitantes como el café y el alcohol. En su lugar, incorporar grasas saludables como las del aceite de oliva y el pescado azul podría ayudar a manejar la ansiedad y la depresión.

Alimentos específicos también pueden jugar un rol en la mitigación del estrés. Los garbanzos, por ejemplo, actúan como antidepresivos naturales, mientras que las almendras, ricas en vitaminas del grupo B, ayudan a equilibrar el sistema nervioso. Además, el ajo crudo, la cúrcuma, los arándanos y el té verde son opciones recomendadas para atenuar los efectos del estrés y mejorar el estado de ánimo.

En conclusión, el reconocimiento del estrés como un factor clave en el compromiso del estado nutricional impulsa a tomar acciones proactivas. Adoptar hábitos saludables no solo mejora el bienestar físico, sino que también prepara al individuo para enfrentar las demandas del entorno moderno de manera más efectiva.