El primer veredicto de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de Colombia, emitido este miércoles, ha marcado un hito histórico al condenar a siete exmiembros del secretariado de las FARC-EP por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Los cargos incluyen más de 20.000 secuestros, torturas, desapariciones forzadas y actos de violencia sexual.
Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, calificó este fallo como un «hito crucial en el camino hacia la rendición de cuentas». En sus declaraciones, destacó que tras décadas de atrocidades, estas condenas son un paso fundamental en la lucha contra la impunidad y en el cumplimiento de los derechos de las víctimas a la verdad y la justicia.
El tribunal, establecido bajo el Acuerdo de Paz de 2016, ofreció a los acusados dos opciones: negar los delitos o reconocerlos. Los siete condenados eligieron la “ruta de reconocimiento”, que no implica prisión, pero sí restricciones de movimiento y la obligación de participar en labores de justicia restaurativa, tales como el desminado humanitario, la búsqueda de desaparecidos y la participación en proyectos de memoria histórica.
Türk enfatizó que ahora es responsabilidad del Gobierno garantizar las condiciones legales, presupuestarias y de seguridad para implementar estas sanciones efectivamente.
Por su parte, el Secretario General de la ONU acogió con satisfacción la emisión de estas sentencias restaurativas, calificándolas como un “hito histórico en la implementación del Acuerdo Final de Paz de 2016”. Indicó que estos fallos son un paso clave para los mecanismos de justicia transicional previstos en el pacto, que buscan promover la verdad, garantizar la rendición de cuentas por los crímenes más graves y ofrecer reparación a las víctimas.
La ONU subrayó que estas decisiones deben traducirse en acciones concretas de reparación y instó a los sancionados a cumplir con sus compromisos, al mismo tiempo que solicitó a las autoridades colombianas asegurar las condiciones necesarias para su ejecución.
El modelo colombiano se distingue por su enfoque reparador, donde la atención no solo se centra en castigar, sino en reconstruir. Los condenados deberán participar en actividades que busquen reparar simbólicamente y materialmente el daño causado, priorizando la voz y la participación de las víctimas en el proceso.
A pesar de la importancia del veredicto, Türk advirtió que Colombia continúa enfrentando serios desafíos, incluido el aumento de las violaciones a los derechos humanos. Los asesinatos de defensores, el reclutamiento de menores por grupos armados y la violencia desproporcionada contra poblaciones indígenas y afrodescendientes siguen siendo realidades alarmantes.
La JEP anunció que en los próximos días emitirá su fallo sobre los «falsos positivos», que son ejecuciones extrajudiciales de civiles presentados como bajas en combate por fuerzas estatales, lo que constitutirá otro paso importante hacia la rendición de cuentas.
Mientras Colombia navega entre el legado de su violento pasado y la búsqueda de una paz vulnerable, la comunidad internacional aguarda con expectativa si este avance judicial puede ser un camino hacia una paz tangible para todas las víctimas.
Fuente: ONU últimas noticias