Los catorce años de conflicto armado en Siria han provocado un impacto devastador en su economía y sociedad, resultando en un retroceso equivalente a cuatro décadas de progreso. Según un informe reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), al actual ritmo de inversión y recuperación, el país no podría regresar a su nivel de Producto Interno Bruto (PIB) previo al conflicto hasta el año 2080. Actualmente, el 90% de la población vive en condiciones de pobreza, y la tasa de desempleo ha alcanzado el 25%, triplicándose desde el inicio de la guerra civil.
El informe destaca que los daños económicos acumulados a lo largo del conflicto ascienden a 800.000 millones de dólares, lo que equivale a la reducción a la mitad de la economía en comparación con los niveles de 2011. Además, la infraestructura pública del país se ha visto gravemente deteriorada, exacerbando los efectos del conflicto en la vida diaria de los ciudadanos.
A pesar de la desoladora situación, el PNUD mantiene que existe la posibilidad de recuperación si se implementa un crecimiento económico significativo. Para lograrlo, el informe sugiere que el crecimiento anual debe multiplicarse por seis para que la economía pueda recuperar su nivel anterior en una década. Esto requeriría un aumento sustancial en la inversión y reformas estructurales profundas. Sin embargo, alcanzar un crecimiento anual del 13,9% sería necesario para regresar al escenario pre-conflicto, un objetivo que parece lejano dada la actual tasa de crecimiento del 1,3%.
Achim Steiner, administrador del PNUD, enfatizó que las necesidades de Siria van más allá de la ayuda humanitaria. Se requiere una inversión sostenida a largo plazo que fomente la estabilidad económica y social, revitalice la agricultura y reconstruya la infraestructura esencial para servicios como la salud, la educación y la energía. El informe también advierte que la recuperación solo será posible mediante una visión nacional clara, reformas significativas y coordinación entre instituciones, además de asegurar un mayor acceso al mercado.
El estudio del PNUD subraya los impactos más significativos del conflicto, incluyendo la casi triplicación de la pobreza, el colapso del sistema de salud, el daño a la infraestructura de agua y saneamiento, así como la drástica disminución en la producción de energía. Para el futuro de Siria, los expertos reclaman un enfoque de recuperación que incluya reformas de gobernanza, estabilización económica, y el fortalecimiento de servicios sociales, con el fin de reducir la dependencia de la ayuda externa y construir un futuro más resiliente para todos sus ciudadanos.
Fuente: ONU últimas noticias