Ofrendas de Vida y Paz: La ONU Celebra el Día de Muertos

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Día de Muertos: La ONU se suma a la tradición popular mexicana con ofrendas por la vida y la paz

El Día de Muertos, que se celebra el 1 y 2 de noviembre, es una festividad profundamente arraigada en la cultura indígena de México. Esta celebración, que tiene sus raíces en la época prehispánica, ha evolucionado a lo largo de los años al fusionarse con los rituales católicos introducidos por los colonizadores españoles. Su esencia radica en la conmemoración de los seres queridos que han fallecido, trayendo a la vida la memoria colectiva de las comunidades a través de símbolos y tradiciones.

Durante estos días, se honra el regreso temporal de los muertos, coincidiendo con el cierre del ciclo anual del maíz, lo que resalta la importancia de este cultivo en la vida mesoamericana. Cada comunidad celebra el Día de Muertos de manera única, pero el objetivo común es reunir a las familias y dar la bienvenida a aquellos que han partido. El 1 de noviembre se dedica a los niños y el 2 a los adultos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció la importancia de estas fiestas al inscribirlas en 2003 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este reconocimiento se enmarca en un contexto global donde más de 2 mil millones de personas se encuentran en situaciones de conflicto y violencia. En este sentido, ONU México decidió sumarse a la celebración, organizando una ofrenda en colaboración con varias instituciones culturales y educativas.

Ubicada en la Casa Miguel Alemán dentro del Complejo Cultural Los Pinos, la ofrenda «Honremos la vida y la paz» fue elaborada por miembros de la comunidad hñoñho otomí de Querétaro, quienes destacaron que su altar representa la unidad y la memoria de sus antepasados. Utilizando elementos tradicionales como el agua, el fuego, la tierra y la cera, los portadores de la tradición resaltaron el significado de sus símbolos. Así mismo, resaltaron la importancia de la paz y la alegría en la vida comunitaria, a través de una ofrenda que también honra a las víctimas de conflictos bélicos.

Complementando esta iniciativa, artesanos de Huamantla, Tlaxcala, crearon un tapete de aserrín con la imagen de una paloma de la paz. Este producto artesanal es parte de una tradición que se remonta al siglo XIX, aunque existen indicios de que estas expresiones culturales ya se realizaban en la época prehispánica. Para los artesanos, la elaboración de este tipo de alfombras es una forma de rendir homenaje a la paz y la protección del medio ambiente.

Por su parte, el Museo de Arte Popular en la Ciudad de México exhibe una ofrenda llamada «Altar por la paz y la esperanza», que fusiona el arte popular con elementos contemporáneos. Esta obra invita a reflexionar sobre la importancia de los derechos humanos y la memoria histórica, resaltando la riqueza cultural de México y haciendo un llamado a la paz.

Las celebraciones del Día de Muertos en México no solo representan una conexión con el pasado, sino que también son una oportunidad para meditar sobre el presente y el futuro, recordando la importancia de la vida, la esperanza y la unidad en medio de un mundo marcado por la violencia. Estas manifestaciones culturales se extienden más allá de las fronteras nacionales, recordando el valor de la memoria colectiva y la fraternidad humana.
Fuente: ONU últimas noticias