Recientemente, se ha suscitado un intenso debate en torno a un proyecto de ley denominado «Pro Codes», que se presenta como una iniciativa para aumentar el acceso a los códigos de seguridad y construcción. Sin embargo, críticos advierten que esta ley en realidad podría otorgar un poder desproporcionado a las asociaciones de la industria sobre el acceso público a la normativa legal.
A pesar de su fachada de fomento del acceso a la ley, las organizaciones industriales han argumentado que poseen derechos de autor sobre ciertos códigos que, una vez adoptados, se convierten en mandatos legales. Esto implica que las personas, incluidos periodistas y ciudadanos interesados, tendrían que pagar por acceder a estas normativas, dificultando la transparencia y el entendimiento de las leyes.
Las consecuencias de esta situación son preocupantes. Por ejemplo, un periodista que desee investigar las razones detrás del colapso de un puente tendría que abonar una tarifa a la asociación que posee el estándar de seguridad correspondiente, lo que limita su capacidad para informar adecuadamente. Asimismo, arrendatarios que busquen asegurar que sus viviendas cumplen con el código contra incendios enfrentarían la misma dificultad. Esta barrera puede poner en riesgo la seguridad pública y el derecho a la información.
En contraposición, diversas organizaciones han trabajado para poner a disposición del público estos estándares de forma gratuita, independientemente de si las normas han sido incorporadas a la ley. Sin embargo, el proyecto «Pro Codes» propone que, a cambio de hacer las normas disponibles gratuitamente, el Congreso reconocerá formalmente el copyright de las asociaciones sobre estas leyes, lo que limitaría el acceso real a la información. Este acuerdo podría restringir el uso, impresión y distribución de esta normativa, quedando el acceso reducido a una mera consulta en línea y con condiciones excéntricas.
Los críticos del proyecto destacan que no existe ningún problema que justifique este enfoque, ya que los voluntarios que desarrollan estas normas no requieren un incentivo de derechos de autor para su labor. Además, las asociaciones industriales ya generan ingresos suficientes a través de tarifas de membresía y programas de capacitación.
Desde una perspectiva constitucional, el proyecto podría ser considerado una violación de los derechos garantizados por las enmiendas Primera, Quinta y Decimocuarta, que respaldan el derecho del público a leer y compartir las leyes.
A pesar de que el Comité Judicial de la Cámara de Representantes aprobó el proyecto, los miembros del Congreso han comenzado a reconocer las serias implicaciones de permitir que corporaciones controlen el acceso a partes fundamentales del marco legal. La presión de los ciudadanos y expertos ha llevado a que muchos legisladores reconsideren su apoyo a la medida.
Se espera que, a medida que avance la discusión sobre el «Pro Codes», las organizaciones de estándares adopten un enfoque más transparente y accesible, y que la vigilancia ciudadana continúe desempeñando un papel crucial en la defensa del acceso a la información legal. La comunidad aboga por un acceso sin restricciones a la ley, lo que es fundamental para una sociedad informada y justa.
Fuente: EFF.org