Mourinho habló que hay que saber ganar y perder, que el equipo que gana siempre acaba no sabiendo ganar, pero parece que este discurso se lo tiene que aprender para él mismo, porque su reacción después de conseguir el pase a la final del Santiago Bernabéu, no fue la del mejor ganador.
El problema de todo esto está en la persona que tuvo la gran idea de enchufar los aspersores después del partido, porque los jugadores del Inter de Milan estaban celebrando la victoria en el césped del Camp Nou, y de pronto el agua comenzó a salir, supongo que intentando «mojar» la celebración, aunque ellos estaban más contentos que nunca, y por esas «gotitas» no iban a salir del campo.
El técnico portugués es uno de los más odiados del barcelonismo, incluso él mismo dijo que había quitado ese puesto a Figo, y es que en los enfrentamientos que ha tenido entrenando a Chelsea e Inter de Milan ha servido para acumular mucho odio en la afición, y no me extraña, ayer fue un auténtico espectáculo, un actor en la banda, buscando acaparar protagonismo, aunque consiguió su objetivo.
