En la unidad de emergencias del hospital José Casimiro Ulloa de Lima, el cirujano venezolano Yoalexis Tovar se encuentra atendiendo a una joven mujer intoxicada por alimentos. Este médico de 40 años ha dejado su huella en la primera línea de atención al paciente gracias a un programa de capacitación impulsado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en colaboración con el Ministerio de Salud de Perú y el propio hospital.
«Doy lo mejor de mí mismo para salvar vidas”, comenta Yoalexis, quien llegó a Perú en 2018 buscando mejores oportunidades tras enfrentar una crisis económica que le impedía mantener a sus tres hijos en Venezuela. Aunque el camino no fue fácil y la revalidación de su título médico le tomó más de un año, logró integrarse en el sistema de salud peruano, lo que le ha permitido trabajar y enviar apoyo económico a su familia distante.
Otro de los médicos venezolanos, Juan Miguel Someter, de 42 años, también comparte una historia de lucha. Después de trasladarse a Perú en 2019, trabajó en el sector de la construcción, pero su deseo de regresar a la medicina se vio realizado a través del programa de capacitación que ofrece la OIM. «Esta oportunidad es como un sueño cumplido», expresa mientras se asegura del bienestar de uno de sus pacientes.
En el contexto de los aproximadamente 1,6 millones de migrantes y refugiados venezolanos en Perú, se estima que cerca de 25,000 de ellos son profesionales de la salud, listos para contribuir a sus comunidades. Alberto González Guzmán, director del hospital, subraya la importancia de esta integración: «Si ya están aquí y podemos integrarlos al sistema, todos ganamos”.
El programa de pasantías médicas, que se lanzará en 2024, busca fortalecer las capacidades de los profesionales de la salud peruanos y venezolanos, con la participación inicial de 19 médicos. Esta iniciativa se complementa con donaciones de equipamiento médico y la capacitación continua de los trabajadores de salud. Jorge Martín, Coordinador de la Unidad de Salud y Migración de la OIM en Perú, destaca que este esfuerzo no solo se trata de compartir conocimientos, sino de construir un puente que conecte a los médicos peruanos con sus colegas migrantes.
Los médicos peruanos y venezolanos colaboran estrechamente en el hospital, atendiendo desde heridas leves hasta casos críticos. Esta experiencia no solo refuerza sus habilidades técnicas, sino que también fomenta la integración social y económica de migrantes en la comunidad. A pesar de la melancolía por la separación de sus familias, tanto Yoalexis como Juan Miguel encuentran en su trabajo una fuente de fortaleza y significado. «La distancia me enseñó a ser fuerte», reflexiona Yoalexis, resonando con el sentimiento de resiliencia compartido entre los médicos que transforman la adversidad en una oportunidad para contribuir y crecer, mientras demuestran que la migración puede ser un camino hacia el beneficio colectivo.
Fuente: ONU últimas noticias