El riesgo de hambruna continúa amenazando a las comunidades sudanesas afectadas por el conflicto armado, advirtió el Programa Mundial de Alimentos (PMA) este martes. En su declaración, la agencia pidió urgentemente más fondos para abordar las necesidades inmediatas y fomentar la recuperación a largo plazo en el país.
Laurent Bukera, director del PMA en Sudán, señaló que en los últimos meses la asistencia humanitaria ha aumentado, logrando llegar a casi un millón de personas en Jartum con ayuda alimentaria y nutricional. Sin embargo, subrayó que la situación es crítica, especialmente en varias zonas del sur, donde el riesgo de hambruna se ha incrementado.
En un reciente informe desde Port Sudan, Bukera describió los devastadores efectos del conflicto en Jartum, donde muchos barrios parecen una «ciudad fantasma», con edificaciones abandonadas y severamente dañadas. Alertó que la presión sobre los recursos disponibles está aumentando y enfatizó que las comunidades en primera línea están al borde del colapso, incapaces de sostener a familias en situación de desplazamiento.
Se requieren acciones inmediatas para garantizar la seguridad y protección de la población sudanesa y de los trabajadores humanitarios, enfatizó Bukera. La comunidad internacional, según indicó, debe incrementar la financiación para evitar que la hambruna se agrave y debe invertir en la recuperación del país.
La destrucción provocada por más de dos años de combates ha dejado a las comunidades sin acceso a servicios básicos, como el agua potable. Esta crisis se ha visto exacerbada por un brote mortal de cólera, así como por la acumulación de cadáveres en el Nilo, particularmente en la ciudad de Omdurman. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU ya ha advertido que los desplazamientos relacionados con la guerra y la propagación del cólera están aumentando las necesidades en todo Sudán.
Bukera hizo un llamado a la urgencia para restablecer los servicios esenciales y acelerar la recuperación a través de una colaboración entre las autoridades locales, ONG nacionales, organismos de la ONU y otros socios. Sin embargo, esta labor crucial se ha visto obstaculizada por la falta de apoyo internacional, lo que ha llevado al PMA a reducir la cantidad de ayuda disponible.
La falta de fondos ha interrumpido parte de la ayuda en varios estados, obligando a la agencia a recortar las raciones de alimentos. En Jartum, los suplementos nutricionales necesarios para niños pequeños y mujeres embarazadas y lactantes ya no están disponibles. Aunque la agencia está llegando a cuatro millones de personas al mes, casi cuatro veces más que a principios de este año, esto no es suficiente para cubrir las crecientes necesidades.
A pesar de las donaciones, el PMA enfrenta un déficit de 500 millones de dólares para asegurar la asistencia alimentaria y en efectivo de emergencia en los próximos seis meses. La organización planifica ampliar su operación para alcanzar a siete millones de personas al mes, priorizando a aquellos que están en riesgo de hambruna o en zonas de riesgo extremo como Darfur, Kordofán y Al Jazeera.
Fuente: ONU últimas noticias
