No ha llegado a comerse el turrón como se dice vulgarmente cuando un entrenador no llega al mes de enero, y es que el crédito de Mandiá tenía una fecha de caducidad y ese era el partido de este domingo ante el Athletic de Bilbao, porque una nueva derrota en el Sardinero sentenciaba el puesto del entrenador, entre otras cosas porque Pernía, el presidente, parecía que no confiaba en él y en que pudiera cambiar el rumbo del equipo, y eso que está empatado con el Atlético de Madrid a puntos, siete tiene cada equipo, y dos menos que el Villareal.
Mandiá llegó este verano con la ilusión de demostrar todas las enseñanzas y experiencias que había cogido en la división de plata, quizás ese ha sido el problema, no es lo mismo entrenar en segunda, que en primera, puesto que el año pasado en el Hércules su pizarra había sido fundamental para muchas victorias, y en el Racing de Santander no ha funcionado ni una sola vez.
Ha sido una pena que Mandiá fuera destituido tan rápido, pero el rumbo del Racing de Santander no tenía buena pinta, ahora suenan nombres como Portugal, Clemente, Lillo y Víctor Fernández como posibles sustitutos y que busquen el cambio de ritmo que lleva este equipo.
