El partido comenzó muy bien para el Madrid, otra vez estuvieron serios en defensa, pero las faltas comenzaron muy pronto, tanto que los pívots del Olympiakos comenzaron a hacerse los dueños y amos del encuentro, y eso fue letal para el equipo blanco, puesto que le dieron la vuelta al marcador, además Vujcic volvía a ser el de Grecia, mientras que Raúl López pagaba en exceso su cansacio y eso lo notaba el equipo, tan solo la entrada de Winston, un novato con ganas de protagonismo, daba la vuelta al encuentro.
El problema llegó con los cuatro triples fallados por el Madrid en las distintas jugadas, pero ni Louis Bullock ni Raúl López consiguieron anotar, además la exclusión por faltas, y las que no pitó a los griegos, hicieron imposible la remontada, entre otras cosas porque se sabía que la bola iba a ir al estadounidense, que era el único recurso equipo de Joan Plaza, al final 75-78 y otro año más que no se queda sin la Final Four.