Este septiembre marca un hito crucial en la evolución de la Inteligencia Artificial (IA), un momento en el que la formación de líderes se convierte en una necesidad imperante. Según The Valley, es el profesional quien dirige y comprende la tecnología el que realmente marca la diferencia en este nuevo escenario. Este mes no es uno más; es el punto de inflexión en el que la IA ha pasado de ser una promesa a una realidad transformadora que redefine negocios, equipos y la toma de decisiones. En este contexto, liderar ya no se limita a la experiencia o la intuición, sino que requiere visión estratégica, capacidad de predicción y habilidades para integrar la IA de manera humana y efectiva. La formación deja de ser una ventaja competitiva para convertirse en una urgencia, ya que quienes no se preparen ahora quedarán rezagados en un entorno que avanza a una velocidad sin precedentes.
Juan Luis Moreno, Partner & Managing Director de The Valley, subraya la importancia de este momento: «En The Valley consideramos fundamental acompañar a los líderes, porque hoy en día liderar va mucho más allá de entender la tecnología: se trata de contar con herramientas y marcos que permitan convertir la transformación digital en decisiones concretas y efectivas. Este septiembre no es uno más, es el septiembre de la revolución de la IA, un momento clave para replantear prioridades, reforzar equipos y explorar nuevas formas de trabajar de cara al último trimestre del año, siempre con la mirada puesta en el impacto real de cada decisión. Nuestro objetivo es que los líderes no vean la innovación tecnológica como una herramienta, sino como un aliado estratégico que impulsa resultados y aprendizaje».
Los expertos de The Valley han identificado diez principios fundamentales que todo líder debe adoptar para prosperar en un entorno empresarial donde la IA es un eje central de la estrategia. En primer lugar, la IA ya no es una moda, sino el terreno donde se decide quién gana y quién desaparece. Integrarla es esencial para mantenerse competitivo. En segundo lugar, liderar no requiere saber programar, sino tener una visión clara que guíe a la empresa y su equipo. La tecnología es una herramienta; la estrategia es el motor.
El tercer principio afirma que, si la estrategia vive en un silo, ya está muerta. La transformación digital debe ser parte del ADN de cada área del negocio, no solo del departamento de IT. Cuarto, los líderes deben decidir con datos, no con corazonadas, apoyándose en información precisa que permita tomar decisiones rápidas en entornos inciertos. Quinto, la disrupción tecnológica no es una amenaza, sino una oportunidad para diferenciarse y crecer.
El sexto principio advierte que quienes esperan a que el mercado o la competencia actúen primero, ya llegan tarde. La ventaja está en anticiparse y escalar oportunidades que otros aún no ven. Por otro lado, la tecnología sin personas es solo hardware y software caro. La IA no aporta valor por sí misma; lo hacen las personas que saben integrarla con criterio y creatividad. Octavo, los líderes deben hablar el idioma de los consejos de administración, traduciendo la innovación a resultados claros y comprensibles.
El noveno principio destaca la importancia de diseñar modelos de negocio que aprendan, comportándose como organismos vivos capaces de adaptarse continuamente. Finalmente, rodearse de quienes rompen las reglas es clave. La transformación nace del intercambio con mentes que desafían lo establecido, inspirando y ayudando a detectar oportunidades antes que nadie.
En línea con estos principios, The Valley lanza el 31 de octubre el Programa de Alta Dirección en Digital Business en Madrid y Barcelona. Este programa combina rigor académico con conexión directa al ecosistema tecnológico y empresarial, permitiendo a los participantes trasladar tendencias y prácticas emergentes a sus organizaciones. El enfoque se centra en cómo la tecnología impacta en cuatro áreas clave: creación de valor, innovación en productos y servicios, personalización de la relación con clientes y fomento de una cultura organizativa adaptativa. Así, los líderes adquieren las herramientas necesarias para prosperar en un entorno cada vez más digital y transformador.