Límites en el arte, ¿existen?

Límites en el arte, ¿existen? 7

¿El arte tiene límites? ¿Cualquier acción está justificada si se considera artística? Estas cuestiones aparecen en escena cuando las innovaciones en el arte a partir de la segunda mitad del siglo XX se disparan. Hoy veremos un nuevo estilo que se opone al Pop Art y al Minimal que vimos en otras entradas, el arte povera.

El arte povera, a diferencia de los otros que utilizan materiales industriales, trabaja con objetos naturales y orgánicos cobrando el público principal importancia; ahora se empezarán a utilizar elementos del espectáculo, llegando  incluso a introducirse animales. Lo que se busca es ese momento en el que el espectador contacta con la obra, ya que estas no son duraderas, lo que importa es la experiencia. Se juega con la modificación de los seres orgánicos con el paso del tiempo.

Ahora bien, ¿esto es admisible? Se ve que hoy en día lo es, pero, ¿debería serlo? Pongamos el ejemplo de una idea de un artista griego reconocido, J. Kounellis en su obra Los Caballos. Se trata, simplemente, de 12 caballos atados es un espacio cerrado colocados con cierta disposición. En este caso, los animales han sido atados durante el tiempo que duró la exposición, tratados como cualquier otro objeto artístico artificial; pero avancemos un poco más en el tiempo y veamos hasta que punto esta idea puede cruzar la línea de lo soportable, en este caso, el sentido común y la sensibilidad de los ciudadanos se hizo notar. Hablo de la historia de Guillermo Habacuc Vargas, que capturó y ató con una cuerda a un perro en la galería Códice de Managua (Nicaragua) hasta dejarlo morir de hambre. Está claro que la interpretación que este hombre quiso darle a su tortura fue la de “jugar con la modificación de los seres orgánicos con el paso del tiempo”. La inspiración que derivó a que este acto despiadado se realizara fue el estilo arte povera, que dejó que se cruzaran límites en donde los animales se utilizan a nuestro antojo. La sociedad acusa a Habacuc pero glorifica a Kounellis, sin embargo ¿la diferencia es tan abismal? ¿Acaso no se trata también de tortura? Está claro que, mientras sigan existiendo espectáculos “culturales” que supuestamente son considerados marcas de identidad de un país, basados en el toreo y sacrificio de un animal, este asunto aún tardará en solucionarse.

Con ello, no pretendo menospreciar a los artistas y a las obras del arte povera, pues muchas de ellas son curiosas y tremendamente llamativas que aportan una nueva visión, y que marcarán el camino hacia el arte conceptual, el body art o la performance, donde el espectador es clave para que surja el elemento artístico. Sin embargo, considero que debe haber más reflexión hacia lo que se puede admitir o no, pues, de algún modo, se han disparado las posibilidades del “todo vale” hacia la crueldad y el disparate.

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