Líderes Deben Hacer Todo lo Posible para Traer a Alaa a Casa

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Drawing of Laila Souief, mother of Alaa Abd el-Fattah

Ha pasado casi dos meses desde que el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, mantuviera una conversación con el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi, pero hasta el momento no se ha registrado ningún avance significativo en el caso de Alaa Abd El Fattah, el escritor, activista y tecnólogo británico-egipcio que sigue encarcelado en Egipto.

La situación se ha vuelto aún más crítica, ya que Alaa ha caído enfermo mientras lleva a cabo una prolongada huelga de hambre en protesta por su encarcelamiento. Su familia y sus partidarios han estado abogando incansablemente por su liberación, pero hasta ahora sus esfuerzos no han dado fruto. La condena de Alaa estaba prevista que finalizara en septiembre pasado, lo que añade más urgencia a su situación.

Laila Soueif, madre de Alaa, inició una huelga de hambre el día que debía producirse su liberación como medida para presionar por su libertad. Lamentablemente, la salud de Soueif también se ha deteriorado, obligándola a cambiar de una huelga de hambre total a una parcial, permitiéndose solo 300 calorías líquidas al día tras haber sido hospitalizada en Londres. Hoy marca el día 208 de su protesta, en la que ha advertido que reiniciará una huelga de hambre total si no se logran avances en el caso de su hijo.

Alaa, por su parte, está en su día 55 de huelga de hambre, comenzada el 1 de marzo. Actualmente, sobrevive con una estricta ración de té de hierbas, café negro y sales de rehidratación, y está recibiendo tratamiento en la prisión de Wadi El-Natrun por intensos dolores estomacales. En una carta enviada a su familia el 20 de abril, Alaa describió la agudización de sus síntomas y el impacto que los medicamentos administrados por los médicos de la prisión están teniendo en su salud: “La verdad es que la inflamación está empeorando… todos estos medicamentos me están haciendo sentir mareado y ayer mi visión se volvió borrosa, veía los objetos distantes dobles”.

La hermana de Alaa, Sanaa Seif, expresó su desesperación ante la situación en un comunicado: “Estamos todos tan exhaustos. Mi madre y mi hermano están literalmente poniendo sus cuerpos en la línea, solo para darle a Alaa la libertad que merece. Su salud es tan precaria que siempre temo que estemos al borde de una tragedia. Necesitamos que Keir Starmer haga todo lo posible para traer a Alaa de vuelta a casa”.

El caso de Alaa ha logrado movilizar a un amplio apoyo político en el Reino Unido, con más de 50 parlamentarios exigiendo una acción inmediata. Si bien el primer ministro Starmer se ha comprometido públicamente a presionar por la liberación de Alaa, sus palabras deben ser acompañadas de acciones concretas. Dada la deteriorada salud de Alaa y la angustiosa experiencia que vive su familia, la necesidad de una intervención decisiva es más urgente que nunca. Es imperativo asegurar la libertad de Alaa y evitar una tragedia mayor en el futuro.
Fuente: EFF.org