6 millones y medio de españoles se plantaron delante del televisor a las 20:45; nadie quería perderse el choque y cada hogar español los corazones eran por un día del «Geta».
Con los aficionados todavía acomodándose en sus asientos los azulones se quedaban con uno menos. En el minuto 5′ el colegiado, M. Bussaca, expulsó a Ruben De la Red por una entrada a Klose y el Getafe se vió obligado a jugar todo el cuentro con 10 jugadores, pero no le importó, los jugadores, la afición, al presidente, el alcalde y hasta el Rey querían la victoria. El peso y la presión aumentó para un Bayern que confiaba en destrozar el partido en cualquier momento. Con los alemanes empujando y el Getafe aguantando Uche sufrió un tirón muy inoportuno que obligo a Laudrup a realizar un cambio y recolocar a todo el equipo. En el minuto 44′ sucedió el milagro, Contra se desmarcaba de tres jugadores y de un zapatazo marcó el primer tanto del partido y el que ponía en semifinales al equipo. Clamor en las gradas, clamor en el campo y clamor en el palco. Los aficionados coreaban, disfrutaban, cantaban y animaban a su Getafe que veía cerca ese milagro del que tanto se ha hablado, pero Riverí se encargó de impedirlo. A dos minutos del final el francés marcó el gol que empataba la eliminatoria y sin tiempo para reaccionar los 21 jugadores se vieron empujados a la prórroga.
Los de Laudrup, que terminaban las segunda parte extenuados, de repente aparecieron con una fuerza inesperada digna sólo de los que nunca se vencen y pelean hasta el final, de los que representan su profesión con letras mayúsculas (cuantos grande deberían aprender esto). En sólo tres minutos, dos goles: primero Casquero y luego Braulio, minuto 91′ y 93′. Kanh no se lo podía creer, desde su supuesta «inquebrantable» portería veía como se les escapaba la eliminatoria ante un equipo ¿modesto?.
Pero como decía al principio, a veces el fútbol es injunto, y las alegrías igual que vienen se van. Casi al final de la segunda parte de la prórroga Toni ponía el 3-2 en el marcador que transformó la euforia en tensión. Ni un falló más, fue la frase que se repetían todos los españoles. Sólo 5 minutos más aguantando y el partido estaba hecho, pero el fallo ser repitió. A 2 minutos del final el Bayern presiónó con toda la artillería, incluido Kanh y la jugada resultó en un gol que Toni le volvió a colar a Abbondanzieri. 3-3 a medio minuto del final. Imposible de remontar.
El partido se perdió pero el Getafe ya nunca será un desconocido, el Getafe ya nunca será un equipo modesto. Anoche, 10 de abril, demostró que es uno de los grandes, no sólo del fútbol español, sino también del europeo.