Más de cuatro meses después de la caída del expresidente sirio Bashar Al Assad, la ONU izó la nueva bandera nacional de Siria la mañana de este viernes. El lábaro de tres estrellas sustituye de forma oficial al de dos estrellas, identificado con el régimen defenestrado. El canciller interino de Siria, Asaad al-Shibani, fue el encargado de elevar al mástil la insignia, que ahora ondea junto a la de los otros Estados miembros de las Naciones Unidas.
En una reunión del Consejo de Seguridad, el enviado especial de la ONU para Siria informó que las autoridades interinas del país han comenzado a implementar medidas orientadas hacia la reforma política. Entre estas provisiones, Geir Petersen destacó la formación de un gabinete más amplio y diverso, así como los planes iniciales para establecer una Asamblea Popular interina.
El enviado explicó que el proceso es todavía muy frágil e incompleto y que muchos sirios no están seguros de su papel en el futuro del país. Por ello, instó a la inclusión de todos los sectores de la sociedad. «Se precisa mucha más inclusión política y mucha más acción económica. Con un cambio radical en ambos elementos, la transición política en Siria puede tener éxito. Sin ambos, probablemente no lo tendrá, y las consecuencias serían inaceptables», advirtió.
Pedersen subrayó que el nuevo liderazgo de Siria debe ampliar la participación política y poner en marcha medidas que aborden los profundos agravios, especialmente tras la violencia de marzo contra comunidades mayoritariamente alauitas en su bastión costero. En cuanto a la acción económica, urgió a levantar las sanciones para reactivar la economía del país y resaltó la necesidad de un apoyo internacional sostenido.
En la esfera humanitaria, la situación es alarmante: más del 70% de la población: necesita ayuda y más de la mitad se enfrenta a la inseguridad alimentaria. A pesar de algunas mejoras locales, sobre todo en áreas de Alepo y el noreste, los trabajadores humanitarios han alertado que la falta de financiamiento amenaza las operaciones vitales. La subsecretaria general para Asuntos Humanitarios destacó la necesidad imperiosa de más recursos «para sostener y ampliar la labor de asistencia». Joyce Msuya informó que hasta la fecha se ha recibido menos del 10% de los fondos requeridos para las labores de socorro durante el primer semestre de 2025. Sin apoyo inmediato, advirtió Msuya, los hospitales, la distribución de alimentos y los servicios esenciales corren el riesgo de colapsar.
Fuente: ONU últimas noticias