La Moda Rápida y su Impacto en la Crisis Global de Residuos

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La moda rápida alimenta la crisis mundial de los residuos

Con motivo del Día Internacional de Cero Desechos, que se celebra este domingo, el Secretario General de la ONU, António Guterres, ha lanzado un urgente llamado a la acción para abordar el impacto devastador que la industria textil tiene en el medio ambiente. Guterres enfatizó que “ir a la última podría matar al planeta”, alertando sobre la necesidad de un cambio inmediato en este sector.

La moda es reconocida como una de las industrias más contaminantes del mundo, responsable de hasta el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Este sector consume inmensas cantidades de agua —215 billones de litros anuales, equivalentes a 86 millones de piscinas olímpicas— y utiliza miles de productos químicos, muchos de ellos dañinos tanto para la salud humana como para los ecosistemas.

A pesar de las alarmantes cifras, la producción y el desecho de ropa aumentan a un ritmo sin precedentes, en gran parte impulsados por modelos de negocio que priorizan la inmediatez y el consumo desechable sobre la sostenibilidad. Guterres advierte que la crisis de residuos en la moda es solo un reflejo de un problema global más amplio, señalando que los seres humanos generan más de 2000 millones de toneladas de residuos anualmente. Esta cantidad es suficiente para dar 25 vueltas al planeta si se empaquetara en contenedores estándar, además de contaminar el aire, la tierra y el agua, afectando especialmente a las comunidades más desfavorecidas.

El Secretario General denunció que “el mundo rico está inundando el Sur Global de basura”, desde ordenadores obsoletos hasta plásticos de un solo uso, agravando las condiciones en muchos países que carecen de la infraestructura necesaria para gestionar siquiera una parte de estos desechos. Esto genera un aumento de la contaminación y condiciones de trabajo peligrosas para aquellos encargados del reciclaje.

El tema del Día Internacional de Cero Desechos de este año se centra en la moda, destacando el asombroso consumo de recursos y los niveles de contaminación que genera. Este es un sector caracterizado por la rapidez de sus tendencias, donde muchas prendas se desechan tras ser usadas solo unas pocas veces. Los expertos sugieren que “duplicar la vida útil de la ropa podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 44%”. No obstante, esta industria también abre puertas a oportunidades para mejorar vidas y sustentar medios de vida.

Guterres destacó que los diseñadores están comenzando a experimentar con materiales reciclados y que los consumidores están demandando cada vez más sostenibilidad. Asimismo, los mercados de reventa están en auge en muchas naciones, lo que apunta a una creciente conciencia sobre la necesidad de cambio.

Sin embargo, advirtió que los gobiernos deben implementar políticas que fomenten la sostenibilidad y el cero desperdicio, mientras que las empresas deben ir más allá del llamado “ecopostureo”, adoptando medidas concretas para reducir residuos, promover la circularidad y mejorar la eficiencia de sus cadenas de suministro.

Los consumidores, por su parte, pueden desempeñar un papel fundamental al tomar decisiones responsables con el medio ambiente, optando por productos duraderos y apostando por los mercados de segunda mano. “No hay lugar para la impostura ecológica”, aseveró Guterres, haciendo un llamado a la acción colectiva.

En un contexto más amplio, la lucha contra los residuos requiere coordinación global, especialmente considerando que más de mil millones de personas viven en asentamientos informales sin una gestión adecuada de desechos, lo que representa graves riesgos para la salud pública. Guterres concluyó su mensaje instando a todos a comprometerse en la creación de un mundo más sano y sostenible para todos.
Fuente: ONU últimas noticias