Un alarmante informe titulado «No tenemos tiempo: la división de los cuidados en función del género y su impacto en las niñas» ha encendido las luces de alerta en la reciente Cumbre del G20. Este estudio, presentado por Plan International, pone de manifiesto una dolorosa realidad: las niñas de entre 5 y 14 años dedican 550 millones de horas diarias al trabajo no remunerado de cuidados a nivel mundial. Esta cifra refleja una condena silenciosa que afecta su educación, bienestar y futuro.
El informe es el resultado de un trabajo de seguimiento a 92 niñas de nueve países —entre ellos Benín, Brasil, Camboya, República Dominicana, El Salvador, Filipinas, Togo, Uganda y Vietnam— quienes compartieron su rutina diaria durante un período crucial de sus vidas, de los 17 a los 18 años. Alarmantes son los resultados: el 94% de estas jóvenes dedican más de cinco horas diarias a tareas domésticas, tiempo que duplica el invertido en sus estudios. Esta carga desigual limita severamente las oportunidades educativas y laborales de las niñas, presentándoles una amarga elección entre el hogar y la escuela.
La directora general de Plan International, Concha López, fue clara en su mensaje: es imprescindible redistribuir el trabajo de cuidados e involucrar a hombres y niños para alcanzar un futuro más equitativo. Además, señaló que los gobiernos deben establecer políticas que corrijan esta brecha de género para fomentar las oportunidades de las jóvenes.
A través del testimonio de participantes, como Darna de Filipinas, se revelan las dificultades cotidianas que enfrentan al intentar equilibrar sus responsabilidades domésticas y educativas. La presión es tal que un 21,7% de las niñas entrevistadas han abandonado la escuela, lo que compromete no solo su educación, sino también sus perspectivas económicas, dejándolas más expuestas a situaciones de pobreza en la adultez.
Además, las niñas reportan consecuencias graves como la falta de descanso, altos niveles de estrés, y el aislamiento social debido a la carga de cuidados. El cambio climático también está empeorando esta desigualdad, ya que provoca un aumento de las responsabilidades domésticas en familias afectadas por fenómenos extremos.
Plan International no solo demanda la acción, sino que reclama la inclusión de datos sobre el trabajo de cuidados no remunerados en las estadísticas nacionales, y el impulso de políticas de inclusión económica y sostenibilidad. Se exhorta a tener en cuenta las voces de las niñas en las decisiones políticas y a incrementar el enfoque de género en iniciativas ambientales.
Este informe enfatiza la necesidad urgente de reconocer y abordar las desigualdades de género que somete a millones de niñas a lo largo del mundo a una vida de cuidadoras invisibles, antes de que estas barreras impongan límites insuperables a sus propias aspiraciones y derechos fundamentales.