En el año 2023, la esperanza de vida al nacer en la Unión Europea se situó en 81,4 años, con un incremento de 0,8 años en comparación con 2022. Tras una caída en 2020 y 2021 a causa de la pandemia de COVID-19, los valores actuales superan a los de 2019, marcando la cifra más alta desde 2002 y un aumento total de 3,8 años desde entonces.
Los datos sobre la esperanza de vida han sido publicados recientemente por Eurostat, quien presenta una selección de hallazgos sobre la demografía en la región. Entre estos resultados, destaca que la región de la Comunidad de Madrid, en España, lidera el ranking con una esperanza de vida al nacer de 86,1 años. Le siguen las regiones de Provincia Autónoma de Trento en Italia y Åland en Finlandia, ambos con 85,1 años, y las comunidades forales de Navarra en España y Provincia Autónoma de Bolzano/Bozen en Italia, con una expectativa de 85,0 años.
En contraste, las regiones con la menor esperanza de vida al nacer se encuentran mayoritariamente en Bulgaria. Severozapaden presenta la cifra más baja con 73,9 años, seguido de Severen tsentralen con 75,2 años y Yugoiztochen con 75,1 años. También se encuentran Észak-Magyarország en Hungría y Mayotte en Francia, ambas con 74,9 años.
Para las mujeres de la UE, la esperanza de vida al nacer alcanzó los 84,0 años en 2023, lo que representa un aumento de 0,7 años con respecto al año anterior, mientras que para los hombres se sitúa en 78,7 años, incrementándose en 0,8 años respecto a 2022. Este año, la expectativa de vida de las mujeres supera en 5,3 años la de los hombres, variando notablemente entre los distintos países de la UE. En Letonia, por ejemplo, se espera que las mujeres vivan 10,1 años más que los hombres, seguidas de Lituania y Estonia, con diferencias de 9,0 y 8,8 años, respectivamente.
Los países con la menor brecha de género en la esperanza de vida son los Países Bajos, con 3,0 años, así como Suecia y Luxemburgo, ambos con 3,3 años. Estos datos reflejan no solo la capacidad de recuperación de la población tras la crisis de salud mundial, sino también las disparidades en la salud que persisten entre géneros en la región.