La partida de Paul Walker, uno de los actores protagonistas de la saga Rápido y Furioso, será motivo de análisis siempre en CochesyMotores, ya que era un verdadero amante de este tipo de máquinas de cuatro ruedas. En este caso, se ha desvelado para todos los que tenemos los mismos gustos por la velocidad, cómo era la colección de coches privada que mantenía junto a su amigo Roger Rodas, quien falleció con él en el famoso accidente.
Hay que destacar que el piloto salvadoreño fomentó esa pasión desde pequeño, peor Walker se hizo fanático de las máquinas luego de comenzar a rodar la saga de Rápido y Furioso, y de hecho más de una vez, en distintas entrevistas, llegó a mencionar que en caso de tener que escoger la forma de su muerte, sin dudas preferiría que la misma se produjera a bordo de un coche a alta velocidad, profecía que el destino se encargó de cumplir.
Lo interesante es que remontándonos a una entrevista del año pasado, podemos ver en video cómo Matt Farah mostraba una colección privada de Los Ángeles que Walker intentaba mantener alejada del conocimiento público. Sin embargo, luego de su muerte ya no hay inconvenientes en conocer cuáles eran los coches que formaban parte de la misma.
La colección, que los dos amigos tenían en las instalaciones de Always Evolving, poseía algunos coches como por ejemplo un BMW M1, un Ford GT o algunos M3 y Porsches 911 GT3 RS, los últimos adquiridos que se sumaban a varios Saleen, varios Ferrari, Porsche 911 de diversas generaciones y hasta un Nissan 370Z -de Rápido y Furioso 5-.
Sin embargo, la gran joya de la colección era ni más ni menos que un Rolls Royce Ghost con llantas de 22 pulgadas y una doble capa de pintura azul mate. Sólo esa capa de pintura había sido valuada en una cantidad de 11.000 dólares, poco más de 8.000 euros.