Juan Pablo Sánchez Gasque, CEO de Black Star Petroleum, ha presentado un innovador sistema interno de trazabilidad ética que busca auditar en tiempo real el impacto social y ambiental de las operaciones energéticas de la empresa. Este nuevo mecanismo, diseñado por el equipo técnico de la compañía, tiene como objetivo mejorar la documentación y centralizar la información operativa, facilitando así auditorías externas en áreas críticas como la refinación, el transporte y el almacenamiento.
Durante la presentación, Sánchez Gasque enfatizó que «la rentabilidad no puede ser el único parámetro. Cada decisión debe tener detrás una explicación ética y una gestión responsable con el entorno». Este enfoque resalta la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad dentro del sector energético.
El novedoso sistema permitirá registrar información crucial sobre el consumo de recursos, la relación con las comunidades locales y el cumplimiento normativo. Esto se traducirá en un acceso más eficiente a datos actualizados por parte de las diferentes áreas de la empresa, promoviendo un entorno digital integrado.
Aunque inicialmente se destinará para uso interno, se contempla que parte de la información pueda ser compartida con socios estratégicos y organismos de control. Esto busca proporcionar una mayor visibilidad sobre las prácticas de sostenibilidad y cumplimiento de la empresa.
Sánchez Gasque también subrayó que «la trazabilidad ética no debe verse como un añadido, sino como un requisito natural en un sector que opera en territorios sensibles y con alto impacto social». En esta primera fase, el sistema se implementará en las principales unidades logísticas y de transporte con el fin de simplificar los reportes y estandarizar procedimientos.
La iniciativa se basa en la necesidad de futuras certificaciones ambientales y de calidad operativa, lo que es considerado clave para fortalecer la confianza con administraciones públicas y comunidades locales. Para el CEO, este proyecto representa un cambio de mentalidad en la gestión de empresas energéticas, destacando que «no basta con cumplir lo que exige la normativa. Debemos ser capaces de explicar cómo trabajamos, por qué lo hacemos así y cuál es el impacto real de cada decisión».
La implementación del sistema será progresiva, dando prioridad a las áreas de mayor actividad. Según Sánchez Gasque, más que un avance tecnológico, se trata de dar un paso hacia una gestión más responsable y coherente.