Este viernes, Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, expresó su profunda preocupación por las «violaciones sin precedentes del derecho internacional humanitario» en Gaza, alertando sobre el riesgo de que se estén cometiendo crímenes atroces. Su declaración se produjo en el contexto de la ofensiva militar israelí desencadenada tras los ataques de Hamas el 7 de octubre de 2023, que ha dejado a la región sumida en una crisis humanitaria.
El informe de la Oficina del Alto Comisionado documenta graves transgresiones de las leyes de la guerra y de derechos humanos por parte de las fuerzas israelíes desde el inicio de su operación en la Franja de Gaza. En el documento se señala que más de 43.000 personas han perdido la vida, siendo el 70% de ellas mujeres y niños, destacando el sufrimiento generalizado en ambos lados del conflicto. Türk mencionó una «realidad horrible» que ha prevalecido durante trece meses, enfatizando el impacto devastador de las hostilidades en la población civil.
El análisis también critica cómo las normativas de la guerra, vigentes desde hace 160 años, han sido sistemáticamente ignoradas, provocando un sufrimiento humano atroz. Las acciones específicas de las fuerzas israelíes incluyen el traslado forzado de civiles, ataques a hospitales y la agresión directa contra periodistas. Además, se han reportado denuncias sobre el uso de municiones de fósforo blanco, lo que agrava la situación y eleva los temores sobre un posible genocidio en el contexto del conflicto.
El Alto Comisionado subrayó la obligación de los Estados de actuar para prevenir estos crímenes y animó a respaldar a la Corte Penal Internacional en la búsqueda de justicia y rendición de cuentas por las violaciones. «La violencia debe cesar de inmediato. Los rehenes y las personas detenidas arbitrariamente deben ser liberados, y es urgente enfocarse en proporcionar ayuda humanitaria a Gaza», afirmó.
Por otro lado, la Oficina para Asuntos Humanitarios (OCHA) describió la desesperación de los gazatíes, afirmando que «todos se sienten condenados a la muerte», víctimas de un conflicto que no solo mata por bombardeos, sino que también asfixia a la población a través de la falta de recursos básicos. Jonathon Whittall, jefe interino de OCHA, describió la angustia de los sobrevivientes atrapados entre los escombros, donde los esfuerzos de rescate son cada vez más difíciles por las restricciones impuestas.
Con una situación que se torna cada vez más crítica, la comunidad internacional enfrenta la responsabilidad de intervenir y poner fin a los abusos y la violencia en la región, mientras los habitantes de Gaza esperan una solución que alivie su sufrimiento y ofrezca un camino hacia la paz.
Fuente: ONU últimas noticias