El anticucho se ha convertido en uno de los platos más destacados en la escena gastronómica de Madrid, capturando la atención de los amantes de la buena comida. Este manjar, que ofrece una mezcla de sabores intensos y una rica historia, está ganando popularidad como una de las propuestas culinarias más intrigantes de la cocina peruana.
El restaurante Inti de Oro, un pionero en la cocina peruana en Europa y con la distinción de ser admirado por el rey Felipe VI, es uno de los lugares donde los comensales pueden disfrutar de esta delicia. Según ellos, el éxito radica en una filosofía clara: «De lo que se come se cría».
El proceso de preparación del anticucho desafía los prejuicios gastronómicos. Este plato, que consiste en corazón de res marinado en una mezcla de ají panca, ajo, vinagre y especias, se cocina a la brasa, logrando una textura tierna y un sabor ahumado distintivo. Su origen es igualmente fascinante; se remonta a la época colonial, cuando los afroperuanos aprovechaban los cortes de carne que los colonizadores españoles rechazaban, transformando estos ingredientes en un simbolismo de la cocina popular peruana.
Aunque tradicionalmente se encuentra en los mercados y puestos callejeros de Perú, el anticucho ha logrado hacerse un nombre en la alta gastronomía internacional. En la capital española, restaurantes como Inti de Oro han elevado esta receta ancestral, entrelazando tradición y modernas presentaciones que sorprenderán a los comensales.
La popularidad del anticucho en España coincide con un renacer de la casquería en la gastronomía local, lo que lo convierte en un plato ideal para quienes buscan experiencias culinarias atrevidas. Este enfoque de aprovechar todas las partes del animal se alinea con la creciente demanda de sostenibilidad en la cocina contemporánea.
Para aquellos que se atreven a probar el anticucho, la experiencia es única. El equilibrio de su sabor umami, complementado con salsas tradicionales como la de huacatay o el picante rocoto, lo convierte en una opción irresistible para quienes buscan nuevas emociones en la mesa. En el ambiente acogedor de Inti de Oro, los comensales son invitados a explorar más allá de los típicos ceviches y pisco sours, adentrándose en una experiencia que redefine la cocina peruana.
Desde su apertura en 1991, Inti de Oro se ha consolidado como embajador de la gastronomía peruana en Europa. Con más de tres décadas de trayectoria, el restaurante ha mantenido su compromiso con la autenticidad y la calidad, empleando ingredientes frescos y técnicas tradicionales. Su decorado, que incluye murales inspirados en paisajes andinos, brinda a los visitantes una sensación de inmersión en la cultura peruana. La propuesta culinaria aquí va más allá de la simple comida; representa una fusión de tradición e innovación, ofreciendo a los comensales un viaje realmente inolvidable en cada bocado.
