El trabajo nocturno y por turnos rotativos está generando un creciente interés debido a su impacto en la salud, especialmente en lo que respecta a la alteración de los patrones de sueño de los trabajadores. Las exigencias de estos horarios irregulares fuerzan al organismo a una constante readaptación del reloj biológico, provocando trastornos del sueño que repercuten tanto en la calidad de vida como en el rendimiento laboral.
Instituciones especializadas, como el Instituto del Sueño, destacan la importancia de abordar estos problemas mediante tratamientos personalizados que buscan restaurar un equilibrio en el descanso. Dichas soluciones son fundamentales para quienes se enfrentan a los dos problemas más comunes: el insomnio y la hipersomnia. El insomnio, frecuente entre los trabajadores a turnos, se manifiesta como una dificultad para conciliar el sueño y un descanso no reparador, causando irritabilidad y falta de concentración. Por otro lado, la hipersomnia se caracteriza por un exceso de somnolencia que no se alivia, aun cuando se superan las horas de sueño recomendadas.
La principal causa de estos trastornos radica en la disrupción del ritmo circadiano, el cual se encarga de regular los ciclos de sueño y vigilia en función de la luz solar. La exposición a horarios laborales nocturnos o cambiantes desincroniza este ciclo natural, generando complicaciones para dormir y mantenerse alerta cuando es necesario.
El Instituto del Sueño, con más de 15 años de experiencia en la materia, proporciona tratamientos como la terapia cognitivo-conductual y técnicas de higiene del sueño. Estos enfoques ayudan a los trabajadores a establecer rutinas de descanso adecuadas, controlando el ambiente de sueño y reduciendo la exposición a luz artificial, así como manejando el estrés. A través de estas estrategias, se busca mitigar los efectos negativos del trabajo a turnos sobre el sueño y promover un descanso verdaderamente reparador.
