Impacto de la Deshidratación por Altas Temperaturas en la Salud Articular

0
13

El calor extremo del verano representa un desafío significativo para la salud de músculos y articulaciones, en especial para quienes son físicamente activos o retoman el ejercicio estacionalmente. Esta es la principal conclusión de una revisión de estudios realizada por Longevitas, la cual enfatiza que factores como la deshidratación y el aumento de actividad física pueden agravar este impacto. El doctor Ángel Durántez, experto en medicina preventiva y miembro del comité científico de Longevitas, señala que las elevadas temperaturas incrementan el estrés oxidativo y pueden provocar microinflamaciones, comprometiendo así la recuperación si no se toman medidas adecuadas.

La hidratación adecuada juega un papel crucial en mantener la integridad de las articulaciones y los tejidos circundantes. La deshidratación puede llevar a una mayor rigidez y a una disminución de la flexibilidad, lo cual aumenta el riesgo de lesiones durante las actividades físicas. Investigaciones recientes subrayan que, en el caso de los deportistas profesionales, la deshidratación también puede estar relacionada con dolor en músculos y articulaciones, lo cual retrasa la recuperación y eleva la probabilidad de sufrir lesiones.

Además, el esfuerzo repetido sobre las articulaciones, especialmente en quienes entrenan en superficies duras, sumado a una sudoración excesiva y una atención menor a la nutrición, puede contribuir a una inflamación crónica de bajo grado. Aitor Ocio, ex futbolista, destaca la necesidad de cuidar el cuerpo en esta época del año, recordando que cada entrenamiento y cada lesión quedan registrados en la memoria muscular. «Es fácil bajar la guardia en verano, pero si no te recuperas adecuadamente, lo sentirás en otoño», advierte.

Para contrarrestar la inflamación, la suplementación con resolvinas, un tipo de agente lipídico, ha demostrado ser eficaz. Estas moléculas, derivadas del omega-3, son capaces de acelerar la reparación muscular después de lesiones provocadas por el ejercicio, ayudando a la resolución activa de la inflamación. Ocio sugiere que en lugar de anular la inflamación con antiinflamatorios clásicos, es preferible facilitar su resolución natural para evitar que se cronifique.

Ocio también resalta la importancia de una base adecuada de micronutrientes, especialmente en verano, cuando la exposición solar no siempre asegura niveles óptimos de vitamina D. Esta vitamina es esencial para modular la respuesta inflamatoria y proteger la salud ósea. La vitamina K2 asegura que el calcio se dirija correctamente al tejido óseo, evitando su acumulación en arterias y articulaciones. Además, el magnesio bisglicinato, reconocido por su buena absorción y tolerancia digestiva, apoya la función muscular y ayuda a prevenir calambres.

En resumen, para mantener la salud articular y muscular durante los calores estivales, es crucial prestar atención a la hidratación, la nutrición y la recuperación, adaptando el enfoque del ejercicio a las demandas específicas del cuerpo.