Los sistemas educativos, hasta hace poco, no solían ser el principal objetivo de los ciberataques, pero la situación está cambiando rápidamente. Con el aumento de la digitalización en las instituciones educativas, los delincuentes han comenzado a dirigir su atención hacia este sector, atraídos por la vasta cantidad de información confidencial que manejan. Recientes incidentes, como el ataque a la plataforma PowerSchool, evidencian esta tendencia, donde los hackers lograron acceder a expedientes de estudiantes, calificaciones y otros datos sensibles.
El COO de Hornetsecurity, Daniel Blank, resalta cómo la creciente dependencia de la tecnología por parte de estudiantes y docentes ha llevado a un almacenamiento masivo de información personal. Esto incluye datos críticos como números de teléfono, direcciones de correo electrónico y detalles financieros, lo que aumenta el riesgo en caso de un ataque.
Hornetsecurity identifica tres carencias principales en la ciberseguridad del sector educativo. En primer lugar, la falta de sistemas de almacenamiento inmutable que garanticen la seguridad de la información privada. En segundo lugar, la escasa implementación de medidas básicas de protección, que incluyen sistemas de detección de amenazas y autenticación segura en cuentas oficiales. Por último, subrayan la mínima inversión en formación regular y programas de concienciación sobre ciberseguridad, que son esenciales para convertir a estudiantes y docentes en «cortafuegos humanos».
La capacitación en ciberseguridad, según Blank, debe abordarse de manera integral, teniendo en cuenta las características específicas de cada grupo. Por ejemplo, aunque los profesores pueden tener acceso a software actualizado y sistemas de protección, su información de contacto suele ser pública, lo que los convierte en objetivos vulnerables. Además, es fundamental involucrar a los padres y tutores en este proceso, ayudándoles a entender los riesgos y a identificar actividades sospechosas.
El panorama actual sugiere que la ciberseguridad en el ámbito educativo requiere una atención urgente y un enfoque multidimensional para proteger no solo a los estudiantes y docentes, sino también a toda la comunidad educativa.