Más de un millón de personas se encuentran desplazadas en Haití, cifra que triplica la cantidad registrada hace un año. Esta crisis humanitaria ha sido impulsada por el creciente control de pandillas sobre extensas zonas de Puerto Príncipe, lo que ha llevado a muchas familias a huir repetidamente de sus hogares. La directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Amy Pope, quien realizó una visita al país caribeño, destacó que estas circunstancias han dejado a las personas sin acceso a refugio, agua ni atención médica.
Pope calificó la situación como un agravamiento de la emergencia humanitaria en Haití y pidió a la comunidad internacional que intensifique su apoyo a las comunidades afectadas por la violencia y la inestabilidad. La OIM también informó que casi 200,000 haitianos fueron deportados de países vecinos el año pasado, lo que ha aumentado la presión sobre los sistemas locales, ya de por sí saturados. “Esta es una de las crisis más complejas y urgentes del mundo, con implicaciones para la estabilidad regional y global”, afirmó la directora.
Durante su visita, Pope enfatizó que invertir en ayuda humanitaria no solo salva vidas, sino que también refuerza la resiliencia y la seguridad en las comunidades, ayudando a estabilizarlas y a reducir las condiciones que provocan la migración forzada. Compartió el conmovedor testimonio de una mujer que había huido de su barrio tres veces en solo dos meses, describiendo cómo vivía bajo una lona con sus hijos, sin saber a dónde irían después.
La directora de la OIM tuvo encuentros con familias desplazadas en Puerto Príncipe para evaluar sus necesidades más urgentes, subrayando que “no son solo estadísticas, son vidas atrapadas en una crisis constante”. Pope también se reunió con funcionarios gubernamentales para discutir cómo mejorar la gobernanza migratoria, ampliar el acceso a la documentación legal y fortalecer la reintegración de aquellos que han retornado.
La OIM está liderando iniciativas en más de 50 asentamientos para desplazados, que incluyen albergues, gestión de campamentos y servicios de emergencia relacionados con agua, saneamiento e higiene, incluso en áreas afectadas por la violencia. Además, el organismo trabaja para rehabilitar la infraestructura y ampliar el acceso a la educación y los medios de vida en las comunidades que acogen a las personas desplazadas.
Pope destacó la notable fortaleza del pueblo haitiano frente a estas difíciles circunstancias, aunque advirtió que la resiliencia por sí sola no es suficiente. El pueblo haitiano necesita apoyo urgente, y enfatizó que la inacción no solo se traducirá en vidas perdidas, sino también en una inestabilidad mayor que afectará a toda la región.
Fuente: ONU últimas noticias