Algo más tuvo que haber pasado en el descanso del encuentro de Copa del Rey entre el Alcorcón y el Real Madrid, puesto que el castigo de Guti todavía perdura, aunque Pellegrini diga una y otra vez que no es una represaria, sino que el jugador todavía no está en forma, aunque creo que todo es una excusa perfecta para cargarse a un «buque insignia o vaca sagrada» del vestuario blanco.
Desde hace unos años se dice que el cáncer del Madrid está en el vestuario, que tienen tanto peso que son capaces los jugadores de hacer las alineaciones, por eso cargarse a Guti es una decisión admirable por parte del chileno y más si su comportamiento está fuera de lugar y actúa más parecido a un niño que a un segundo capitán.
El centrocampista está viendo los partidos del Madrid desde la grada y hoy se perderá uno de los que todos los jugadores quieren estar en el campo y es que jugar contra el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón es algo especial, un derbi muy bonito de vivir, por lo que estas cosas pueden hacer cambiar la actitud de Guti, aunque me extraña porque es un «árbol que nació doblado, y cuando pasa eso es muy complicado enderezar».
